Una de las incógnitas que más está presente a la hora de hablar de innovación en procesos participativos es ¿cómo generar espacios efectivos de cocreación?.
Y es que las plataformas que gestionan efectivamente la inteligencia colectiva están reemplazando a las formas tradicionales de participación ciudadana, utilizando tecnologías libres y teniendo en cuenta la cuádruple hélice de la innovación: Estado, ciudadanía, instituciones y sector privado.
Para lograrlo, necesitamos explorar y generar mejores herramientas, instrumentos y metodologías, que guíen la co-construcción y faciliten la generación de redes de colaboración. Por ello, en Asuntos del Sur creamos el área de diseño metodológico y laboratorios de innovación, con las siguientes consignas:
Diseñar y poner en marcha laboratorios de innovación
Evaluar y sistematizar experiencias de forma colaborativa y participativa
Generar soluciones metodológicas y cajas de herramientas
Modelar soluciones tecnológicas para procesos participativos
Aplicar la ciencia de datos, y diseño de modelos estadísticos para la toma de decisiones
Facilitar espacios participativos y de cocreación, presenciales y virtuales
Formar equipos de facilitación
Con estos objetivos, acompañamos varios procesos regionales, que a pequeña y gran escala están implementando la innovación desde el sector público y las organizaciones de la sociedad civil.
Laboratorio de Innovación Urbana Integral (Bolivia)
De la mano del Viceministerio de Vivienda y Urbanismo, Helvetas y el acompañamiento técnico de ONU Hábitat, diseñamos y desarrollamos un laboratorio que operativiza la implementación de la Política Nacional de Desarrollo Integral de Ciudades en Bolivia – PNDIC.
El Laboratorio de Innovación Urbana Integral se encargará de identificar problemáticas, proponer soluciones, a partir de prototipos escalables, y acompañar la planificación del desarrollo urbano, a partir de insumos técnicos, en relación a los niveles de intervención que tiene la PNDIC.
Acompañamiento metodológico en el Consejo Económico y Social (Argentina)
El Consejo Económico y Social (CES) es un espacio de participación ciudadana creado por la Presidencia de Argentina, con el objetivo de movilizar el debate informado y la búsqueda de consensos sobre prioridades estratégicas para el país.
Asuntos del Sur realiza un acompañamiento en facilitación y diseño metodológico de los espacios del CES, relacionados a la misión 1: Comunidad de cuidado y seguridad alimentaria y la misión 4: Ecología integral y desarrollo sustentable; propiciando el diálogo y guiando el logro de los objetivos, en los diferentes encuentros con los públicos estratégicos.
Programa Federal de Formación, CFI (Argentina)
Diseñamos la metodología de los talleres para la formulación y gestión de proyectos, que compone el módulo 2 del Programa Federal de Formación, brindado por el Consejo Federal de Inversiones en Argentina.
Este programa tiene la finalidad de brindar perspectivas actuales y herramientas modernas de gestión que permitan a los gestores y gestoras públicas de las provincias Chaco, Jujuy, La Rioja, La Pampa y San Juan dar respuestas concretas a los desafíos actuales.
Laboratorios proyecto Altavoz (Guatemala y El Salvador)
La segunda fase del proyecto Altavoz -de Asuntos del Sur, en colaboración con Instituto 25A, Azul Originario y Cristosal- busca delinear acciones en el marco del Nuevo Acuerdo Democrático (NAD), al tiempo que genera capacidades de incidencia de las juventudes para el impulso de compromisos puntuales entre jóvenes, autoridades y miembros de la sociedad civil.
Por medio de la creación de Laboratorios de Innovación Ciudadana en Guatemala y El Salvador, se delineará este plan de incidencia, en talleres para construir, analizar y proponer.
Esta guía fue generada a través de una colaboración entre el proyecto de Innovación Pública de Asuntos del Sur, la Asociación de Municipalidades de Bolivia (AMB) y ONU Habitat para impulsar y apoyar a los gobiernos municipales en el proceso de transición integral autonómica y transparente para las elecciones subnacionales de 2021.
La guía aborda cinco dimensiones y varios aspectos críticos para la gestión municipal. Entre estos están aspectos procedimentales, planificación a mediano plazo, agenda de desarrollo urbano, producción legislativa y planteamiento de la innovación pública.
Además, la guía viene acompañada de un proyecto de ley municipal para la transición autonómica transparente el cual contiene lineamientos, información procedimental y ejercicios competenciales.
Como cada 15 de septiembre, Asuntos del Sur realizó la jornada plurinacional Democracia Viva, que este año convocó a más organizaciones y activistas para celebrar el Día internacional de la Democracia.
Un nuevo año de DEMOCRACIA VIVA, nuevas reflexiones, voces diversas y conversaciones renovadas en torno a la democracia en América Latina. Esta vez más de 80 organizaciones se unieron a la iniciativa que lidera Asuntos del Sur desde el año 2016 y que se ha convertido en un hito anual de celebración, pero también de introspección y cambio, sobre el deber ser de los sistemas democráticos en los diferentes países de la región.
Este año la temática fue Resiliencia Democrática e intentamos definirla desde diferentes miradas, algunas más territoriales y sectoriales. Encontramos que en muchos rincones del continente se vienen gestando conversaciones y acciones de resiliencia, que en diferentes casos es sinónimo de cambio y resistencia.
Hablar sobre Resiliencia Democrática surge más que un tema reflexivo desde lo conceptual, como una necesidad en una región que constantemente se agita y que parece tener la palabra “crisis” como bandera. Actualmente se viven momentos de convulsión, donde las nuevas formas de liderazgo chocan con las prácticas tradicionales y la sociedad pide a gritos cambios en el paradigma político, pero ¿es América Latina lo suficientemente Resiliente?
En Democracia Viva se recibieron mayormente expresiones acerca de las capacidades de adaptación, reinvención, búsqueda de nuevas alternativas y perspectivas ante contextos de retroceso y avasallamiento a los derechos sociales, políticos, económicos, culturales de los distintos colectivos sociales participantes; ante el asesinato y persecución de líderes y lideresas sociales, ante la falta de paridad e inclusión real de la diversidad de mujeres en los espacios de toma decisiones, ante la falta de espacios de participación ciudadana y que la misma no sea vinculante para los gobiernos.
Una conversación pluricultural
Entre los países que se sumaron con actividades, mensajes, campañas y otras formas de participación están Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay y Venezuela, desde sus realidades y coyunturas. Organizaciones de la sociedad civil, activistas, movimientos espontáneos, partidos políticos, entre otros, fueron protagonistas. Aquí algunas iniciativas:
Centro Ciudadano Vera: realizaron una puesta en escena de la actividad democrática de debates, sobre cómo mejorar nuestra Democracia.
Lobitos de Río: dentro de su participación en Democracia Viva quisieron incluir el proyecto de hacer una clínica de rugby mixta y abierta, explicando por qué el deporte es un espacio democrático y generadores de nuevos derechos del colectivo LGBTI. La consigna fue #PorElDerechoaJugar.
Bolivia
Comunidad Ciudadana
Brasil
Ibase: realizó el 15 de septiembre el encuentro Democracia en la Favela, con los y las jóvenes integrantes del proyecto Juventudes en Movimiento, iniciativa que se desarrolla en el Complexo do Alemão, zona norte de Río de Janeiro. El área incluye 13 favelas con 69,1 mil habitantes, según el Censo de 2010 (IBGE).
El encuentro tuvo el apoyo del Instituto Raíces en Movimiento, una organización local formada por jóvenes, líderes y lideresas del Complexo do Alemão. La idea de conmemorar el Día Internacional de la Democracia es reafirmar la importancia de la participación de lxs jóvenes de la periferia en el debate sobre políticas públicas de inclusión y combatir desigualdades.
Fueron realizados debates sobre los indicadores que revelan las condiciones en que se encuentra la población del Complexo do Alemão, principalmente en relación al saneamiento básico, educación y cultura.
Colombia
Corporación Región: realizaron un stop motion para contar a través de imágenes las iniciativas que adelantan los/as jóvenes y algunos testimonios donde expresen cómo desde sus acciones están siendo resilientes.
Desde Asuntos del Sur generamos espacios de articulación e incidencia
Como actividades para el Día Internacional de la Democracia el 16 de septiembre realizamos desde Asuntos del Sur el webinario Democracia Viva 2019, donde nos conectamos para hacer un resumen sobre las acciones y estrategias resilientes de las organizaciones sumadas y hablar sobre el trabajo que los y las activistas llevan adelante en los contextos políticos y sociales hostiles en los que se encuentran actualmente.
Del webinario participaron Matías Bianchi, Director de Asuntos del Sur, Cristian León, Fiorella Wernicke y Tatiana Cárdenas del proyecto Partícipes de Asuntos del Sur. Seymar Liscano, Rogmy Armas e Isabella Picón, miembros del equipo del Laboratorio Ciudadano de NoViolencia Activa (Labo Ciudadano) de Caracas Venezuela; Juana Carol Francis Bone, Co-fundadora del Colectivo Mujeres de Asfalto de Esmeraldas, Ecuador; Renata Freitas, Pesquisadora de Ibase e Coordenadora do Projeto Juventudes em Movimento de Río de Janeiro, Brasil; Gerardo de la organización Forjando Futuros, Medellín, Colombia; María Paula Armenta, del Instituto Holandés de Democracia Multipartidaria, Nimd – Colombia; Daniel “Tachi” Villalba activista y facilitador de Jalisco México. La conducción estuvo a cargo de Sofía Castro Mariel, coordinadora de Incidencia Territorial y de Agentes de Innovación, y Tatiana Cárdenas que es parte del equipo de Partícipes y de comunicación en Asuntos del Sur.
Como resultado del Twitteraron obtuvimos 3868 interacciones y 867 cuentas únicas tuiteando, llegando a ser tendencia en Argentina. Los países donde más se tuiteó fueron Venezuela, Ecuador, Argentina, Colombia y México.
Destacamos la participación en redes de Feminismo Inc, Codhez y Redes Ayuda en Venezuela, Mujeres de Asfalto en Ecuador, Estamos Listas en Colombia y Pampa Lab en Argentina.
A su vez, lanzamos el sitio web democracia-viva.org para reunir todas las iniciativas que se vienen realizando en la región desde el año 2016, y dar visibilidad a las iniciativas de 2019 a través de ubicar en un mapa interactivo, promocionar el Twitteraton, el concurso de fotografía e ilustración y el programa en vivo.
Finalmente, realizamos el Concurso “Resiliencia por una democracia viva”,una forma de reconocer la diversidad de conceptos y miradas de la Democracia desde la expresión creativa. El ganador del Concurso fue Samir Aponte de Venezuela quien retrató la resiliencia a través de la siguiente fotografía:
Agradecemos a todas las organizaciones sociales, activistas, equipos de gobiernos, partidos políticos, y a todos y todas quienes estuvieron participando de Democracia Viva 2019. Necesitamos seguir trabajando y comprometiéndonos desde nuestros espacios para hacer democracias más paritarias, inclusivas y participativas en América Latina.
[author] [author_image timthumb=’on’][/author_image] [author_info]Por: Matías Bianchi. Director de Asuntos del Sur[/author_info] [/author]
Desde Catalunya hasta Chile, pasando por Inglaterra, Ecuador y Bolivia, amplios sectores sociales se han revelado, casi simultáneamente, dispuestos a tomar las calles. ¿Qué tienen en común situaciones tan disímiles tanto en su historia, la composición de sus fuerzas políticas, marcos institucionales y demandas sociales? La incapacidad del establishment político de actuar como articulador de debates sociales y de coordinar soluciones legítimas a demandas públicas.
En las democracias modernas, los dispositivos diseñados para llevar a cabo ese rol son los partidos políticos. A pesar de su mala fama, quizás nunca haya sido positiva, los partidos políticos están para ejercer de intermediación, entre ciudadanía y el poder político.
Además de seleccionar candidaturas y buscar ganar elecciones, también algunos cumplen el rol de interpelar intereses de diferentes sectores de la sociedad; de generar intersubjetividades sobre el mundo y sobre agendas sociales; de ejercer una pedagogía ciudadana digiriendo problemas complejos para hacerlos accesible al consumo de mayorías; y, no menor, el de organizar territorialmente a sectores sociales con ideas afines.
La realidad es que, crecientemente, una gran mayoría de los principales partidos políticos dominantes se han transformado meros canales electorales, dejando de lado otras funciones tan necesarias para el funcionamiento de la democracia. Claro, los incentivos apuntan en esa dirección – y no son nuevos- : la centralidad de los medios de comunicación para establecer agenda pública; el escandaloso encarecimiento de las campañas políticas que hacen a los dirigentes tomar dinero de sectores a los que luego les tienen que devolver favores; la creciente influencia de los poderes de facto que disminuye la autonomía relativa de los partidos; o la emergencia de agendas para las que los partidos simplemente no están preparados.
Es decir, los partidos políticos dominantes cada vez se alejan más de la ciudadanía, y se acercan, por debilidad o por decisión deliberada, a los poderes fácticos. Por ende, no es casual que los mismos se encuentren sistemáticamente en el fondo de la tabla de legitimidad entre instituciones públicas y que la ciudadanía sostenga que los políticos responden a sus propios intereses.
En el contexto actual de incertidumbre política global, de estancamiento de la economía global (y el consecuente caída de los precios de los commodities, clave para los países de América Latina), estas falencias se tornan mucho más notorias. Existen menos capacidades de contener y contrarrestar a discursos oportunistas como el Brexit o la independencia definitiva de Catalunya. Mayorías indígenas en Ecuador o sectores populares de Chile carecen de canales electorales legítimos que representen a sus intereses.
Aún el MAS boliviano, originalmente constituído por una plétora de organizaciones, cooperativas y partidos de base, fue con los años paulatinamente perdiendo capilaridad territorial y afianzando su fuerza en el control de los recursos del Estado.
No debería sorprendernos, por ende, que importantes sectores sociales no encuentran cómo canalizar institucionalmente su descontento frente a medidas impopulares como la humillación judicial de los líderes en cataluña, o la negación a incorporar la agenda de la emergencia climática en Inglaterra, o cómo resistirse a las draconianas medidas neoliberales en Chile y Ecuador, o la desprolijidad del conteo de votos en Bolivia. Es decir, los partidos políticos se han mostrado ausentes en su función “bisagra” que les proponía Duverger.
Esta desconexión, me permito hipotetizar, nos ayuda a explicar porqué los ciudadanos eligen las calles para salir a manifestarse. Del otro lado de moneda, los líderes políticos, frente a la falta de vasos conectores con estos sectores sociales, parecieran desconectados de las demandas territoriales, ignorando completamente importantes demandas sociales.
Es más, cuando la sociedad sale a la calle, han respondido con desconcierto de la peor manera: estados de excepción, represión, y algunos con una violencia y crueldad inusitada. Ya nos decía Max Weber, cuando se carece de la capacidad de crear consensos, solo queda la coacción.
Es curioso notar cómo Argentina no ha tenido una experiencia similar, por ahora, a pesar de tener una situación económica muy difícil y un deterioro social dramático. Por un lado, el gobierno no ha descuidado a los más pobres, multiplicando planes sociales que buscan contenerlos. Y por el otro, a que la oposición peronista se reorganizó, proponiendo una alternativa electoral contundente, interpelando y logrando incorporar a organizaciones de base, sindicatos, cámaras empresariales, piqueteros, y estudiantes descontentos con las medidas del gobierno actual.
Quizás los partidos políticos, y el modelo democrático representativo, diseñados para un mundo pasado, sean anacrónicos y tengamos que ponernos a pensar y construir nuevos mecanismos de articulación entre estado y sociedad. Sin embargo, como sabemos, en política es más fácil destruir que construir nuevas alternativas. Por ahora, me conformo con que trabajemos en (re) construir a los modelos actuales de partidos políticos para que puedan ser instrumentos de diálogo social, generación de consensos y representación de todos los sectores de la sociedad. No debería ser difícil crear incentivos inversos a los actuales a partir de cambios drásticos en el financiamiento de la política, mejor regulación de medios de comunicación y redes sociales, y la apertura a la ciudadanía para participar y decidir sobre políticas públicas.
Seguramente éste no es el único desafío de las democracias actuales, pero, por algún lado hay que empezar. Y no hacer nada, la historia del siglo XX nos ha enseñado, puede tener un costo demasiado alto.
Al segundo día del conteo de votos, los edificios del Tribunal Supremo Electoral de los departamentos del Sur de Bolivia, ardían en llamas. En otros departamentos, se registraron marchas, disturbios y muchas fogatas en las cuales se quemaban maletines electorales que contenían las papeletas de la votación del día anterior. El clamor de un presunto fraude electoral llenó las calles, acaparó las publicaciones en redes sociales y los titulares de los medios de comunicación.
Si ganó Evo en primera vuelta o lo hará en segunda o no, ya no importa, las urnas se incendiaron, el proceso se impugnó y mostró el lado más frágil de una democracia que no logró reinventarse y superarse. Uno de los mayores responsables fue sin duda el Órgano Electoral, el cual no sólo careció de efectividad, pero mostró poca capacidad para generar confianza en el momento de mayor incertidumbre.
A continuación se hace un repaso de algunas de las claves para entender el delicado escenario electoral que afronta Bolivia.
Los indicios del fraude
Las recientes elecciones en Bolivia fueron las más competitivas desde la primera victoria de Evo Morales en 2005. Después de haber ganado en 2014 con un hinchado 63%, en esta ocasión las encuestas indicaban que Morales no tenía asegurada su victoria en la primera vuelta – para ganar en primera vuelta, el candidato debe asegurar al menos 40% de la votación con una diferencia de 10% con respecto al segundo – .
Sobre ese contexto, el Organo Electoral Plurinacional se convirtió en uno de los principales dinamitadores. Todo comenzó cuando, a través de su Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), el OEP publicó cifras sobre el 85% de los votos que indicaban una segunda vuelta entre Morales, el candidato oficialista (con 45% de la votación) y Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, con 39%. A pesar de este resultado, Morales anunció su victoria en conferencia de prensa, alegando que los votos rurales no contabilizados hasta ese momento, le darían el empuje final.
Por su parte, el OEP comunicó que no haría más publicaciones a través del TREP, lo cual levantó la desconfianza de la población de una posible intervención del Gobierno para asegurar su victoria. En un clima de alto suspenso y presión ciudadana, el OEP retrocedió sobre sus pasos y publicó una nueva actualización en el TREP sobre 95% de los votos, dándole una victoria a Morales en la primera vuelta con apenas décimas por encima del 10% de diferencia requerido por la Ley electoral.
La diferencia registrada, sumada a una gran cantidad de irregularidades compartidas a través de plataformas de redes sociales, enardeció a la población. La misión oficial de la OEA lanzó un comunicado en el cual observaban los resultados y pedían explicaciones, mientras que el rector de la mayor universidad pública del país, salía herido en una de las manifestaciones. Independientemente de los resultados finales, el proceso eleccionario ya se había empañado, convirtiéndose en el más controvertido de los últimos 20 años.
La repostulación de Evo
El escenario antes descrito no es resultado de una sola coyuntura, sino del desgaste que acumuló Evo a partir de su repostulación. De acuerdo a la Constitución Política, Morales no podía postularse por una tercera vez consecutiva, por lo que en gran medida las elecciones se jugaron en torno a si su postulación era legal o no.
El rechazó a la candidatura de Evo se capitalizó cuando, después de perder el Referendúm constitucional para habilitar su reelección el año 2016, se generó una vertiginosa carrera para encontrar alguna argucia legal que lo habilitara. A finales de 2017, el Tribunal Constitucional declaró la aplicación preferente de los “derechos políticos” por encima de los artículos de la Constitución, lo que abrió el camino a su postulación.
Del lado de una fragmentada oposición, las estrategias para evitar la reelección de Morales se centraron en la convocatoria de masivos mitines la “recuperación de la democracia”, los cuales no tuvieron ninguna fuerza real para cambiar el juego de poder. La oposición terminó por elegir sus candidatos y presentarse a las elecciones.
La estrategia electoral era complicada dada la ausencia de candidatos/as. Por ese entonces, la figura del ex presidente Carlos Mesa, había crecido debido a su rol como vocero de la causa marítima de la demanda contra Chile. Aunque en varias ocasiones había rechazado su intención de lanzarse nuevamente a la política, Mesa decidió lanzarse a la presidencia a un año de las elecciones.
Otro rasgo del rechazo a la postulación de Evo, fue por ejemplo el nombre que adoptó la por entonces, tercera fuerza política: el partido cruceño Democrátas. Para estas elecciones asumió el nombre “Bolivia Dice No” para reivindicar los resultados del referendúm que rechazó la candidatura de Morales.
El voto útil
El candidato Mesa se posicionó a partir del voto útil. Al ser, según las encuestas, el candidato con mayores posibilidades para ganar a Evo Morales, recibió apoyo de otros partidos como Unidad Nacional y Soberanía y Libertad, buscando así sumar los suficientes votos para activar la segunda vuelta.
Esto explica, por ejemplo, que a pesar múltiples embates que pudieron haber afectado a Mesa, como denuncias de posible corrupción en su anterior mandato, haber aceptado dinero para ser candidato a vicepresidente en 2002, y hasta críticas a su poco posicionamiento frente a varios temas, aun así se pudiera mantener a flote.
Ayudó también que apenas días de llevarse a cabo las elecciones, personalidades de la política hicieran públicos sus pedidos de renuncia al tercer candidato en las encuestas, Oscar Ortiz, para así fortalecer a Mesa. De hecho, incluso se difundió una noticia falsa sobre la renuncia de Ortiz, la cual tuvo que ser rápidamente desmentida.
La capacidad de mantener su apoyo en las últimas semanas en las encuestas, fue clave para que Mesa terminará por captar un buen porcentaje de los votantes que aún andaban indecisos y se posicionará cerca de Morales.
El outsiderismo conservador
La emergencia de un candidato completamente desconocido: un doctor coreano de apellido Chi, fue una de los mayores claves del actual escenario electoral. Chi fue de mano del Partido Democrata Cristiano (PDC), y sorprendió a todos al subir rápidamente en las encuestas a pesar de una campaña con poca maquinaria electoral y un candidato sin experiencia.
Su discurso altamente misógino e intolerante con las disidencias sexuales, el cual culpa al comportamiento de las mujeres por las altas tasas de feminicidios, y a los “pecados” de la comunidad LGTBI por ser las causantes del castigo divino de los incendios de la Amazonía, atrajo a un electorado conservador cautivo. Eso sumado a su discurso anti-político, que lo convirtió en una figura potencial para los medios de comunicación y caldo de cultivo para la cultura de los memes en internet.
El partido de Chi quedó como la tercera fuerza política, con un 8% de votación, y desplazó completamente a “Bolivia Dice No”(BDN). Su alto crecimiento pudo haber afectado directamente a BDN, al restarle su posibilidad de ser la fuerza que compita a Morales, y empujando más el voto útil hacia Carlos Mesa. Así también, este partido parece haber arrancado electorado al MAS en departamentos como Oruro y Potosí.
***
A la fecha, se avisora una salida difícil y que requerirá a corto plazo lograr las siguientes condiciones: restablecer la confianza en el Tribunal Supremo Electoral, replegar los sectores de choque y establecer alguna línea de diálogo que tienda puentes sobre una posible grieta entre oficialismo y oposición.
Los resultados de todos modos son claros: Evo Morales ya no cuenta con la mayoría que en anteriores veces lo llevó al Palacio de Gobierno, lo que muestra el claro desgaste de su imagen política y el costo de prorrogarse en el poder. Otros aspecto a tomar en cuenta es que el conservadurismo consolidó su apoyo y generó capacidad de interpelación y bloqueo a futuras políticas públicas, teniendo el voto dirimidor dentro de la Asamblea Legislativa. Este elemento no está siendo mencionado ni analizado, y puede que las fuerzas políticas enfrentadas en el actual escenario de polarización, cedan a sus condicionamientos para lograr mayorías.
Estas fueron las elecciones más impugnadas y violentas de los últimos años en Bolivia.
Frente a los acontecimientos recientes en Latinoamérica, desde Asuntos del Sur repudiamos el creciente uso de la represión y la militarización de la seguridad pública en contra de estudiantes y movimientos organizados que se están manifestando en las calles, así como el asesinato, persecución y amenazas a líderes y lideresas sociales de la región.
La ciudadanía en redes sociales y los medios de comunicación han registrado casos de asesinatos, personas heridas, desapariciones, retenciones ilegales y abusos sexuales, entre otras situaciones alarmantes, que representan una clara violación a los Derechos Humanos y libertades protegidas como la manifestación pacífica, la libre de expresión y opinión, la movilidad en los territorios, la reunión y participación en los asuntos públicos.
Rechazamos enérgicamente la criminalización a la protesta y la lucha política, que nos remiten a los capítulos más oscuros de nuestra historia reciente como región; igualmente, consideramos que las posturas de organismos multilaterales y demás instituciones deberían velar por el diálogo y la observancia de las garantías para la ciudadanía, sin tomar posturas parcializadas, que en ningún modo contribuyen a la búsqueda de salidas negociadas.
Desde Asuntos del Sur trabajamos en la construcción de democracias paritarias, inclusivas y participativas en América Latina, por lo tanto, invitamos a los gobiernos, organizaciones, movimientos sociales y a la ciudadanía en general a pensar y propiciar soluciones no violentas, basadas en derechos, además instamos a que se ofrezcan garantías a quienes se manifiestan reclamando justicia y equidad en nuestro continente.
[author] [author_image timthumb=’on’]https://asuntosdelsur.org/wp-content/uploads/2019/09/LilaMonasterios.png[/author_image] [author_info]Autora: Lila Andrea Monasterios, periodista y responsable de comunicación en Asuntos del Sur[/author_info] [/author]
Los protagonistas de estas elecciones presidenciales en Bolivia no son solo los candidatos que se disputan la silla del poder sino también los celulares -con internet, claro- que se convirtieron en la principal herramienta para seguir desde la previa hasta el after de los comicios que reúnen a más de 6.243.0791 ciudadanos habilitados para votar. Dos aplicaciones facilitan la participación de la gente en diferentes aspectos, pero ¿es suficiente la tecnología para generar confianza en esta jornada?
Las campañas marcadas por los incendios en la Chiquitania en el que varios partidos decidieron hacer una pausa, la informalidad del proceso electoral – como la publicación oficial de las listas 24 horas antes de las elecciones, y la vorágine de las fake news en las redes sociales, conducen a una jornada en el que por primera vez una generación vota, y en el que la falta de confianza hacia las instituciones, marcan dos paradigmas: ¿sabemos por quien votamos? ¿se respetará mi voto?
La nueva política versus la vieja
Las juventudes están en modo Fortnite, pueden salvar el mundo entre pocos, pueden unirse a una batalla o pueden crear sus formas, pero necesitan participar y mantenerse con vida lejos de una política que no les pertenece, para hacerlo tienen que hacerlo en colaboración. Los diseños tecnológicos apuntan a las generaciones que entienden este idioma, es así que Candidatxs #PorUnVotoInformado se anticipa a la jornada y #ForLey llama a la acción en un observatorio ciudadano.
A pocos días de las elecciones, es tiempo de que decidas por quién votaras. QUE NO TE LA CUENTEN, DECIDE POR TI MISMO, ingresa a www.candidatxs.com.bo e informate sobre que opinan los partidos políticos sobre tematicas como la: legalización de la Marihuana, el servicio militar voluntario o la despenalización del aborto. Visita www.candidatxs.com.bo Opina, infórmate y comparte.
La primera es una herramienta online para que las juventudes estén informadas, emitan un voto consciente y descubran las propuestas de quienes aspiran liderar el país. La segunda es un portal web en el que este 20 de octubre la población puede ingresar datos en un mapa interactivo y contar su experiencia, subir los resultados de las actas de mesa, o reportar incidentes. Se lo puede hacer directamente en su sitio web, por dos líneas de whatsapp, por mail, por twitter o por SMS.
*** LEER ATENTAMENTE ***Para estas elecciones del 20 de octubre, la ciudadanía se ha organizado más que nunca. Existen varias aplicaciones para participar activamente en el seguimiento de la jornada electoral y sobre todo, en el control y cuidado del voto. ¡Podés participar de todas ellas!Revolución Jigote, como miembro de La Ruta de la Democracia, te propone #ForLey para que podamos ser protagonistas y participemos más allá de sólo emitir nuestro voto.Entrá a www.yoreportobolivia.org y reportáTU EXPERIENCIA: cómo viviste la jornada electoralLOS HECHOS: incidentes, curiosidadesLOS RESULTADOS: fotos de actas, de pizarras al finalizar el conteoya sea desde tu celu o desde una compu.¡Salí a las calles y atrapá el clima electoral! Cuidá el voto ciudadano, la mayor recompensa será nuestra democracia.También podés hacerlo desde Twitter usando los hashtags #ForLey #YoReportoBolivia #EleccionesBo2019 ó @DemocraciaRutaPor whatsapp: +591 62500360 ó +591 62500370Por SMS: +591 62500380¡Sonreí, respetá, cuidá la democracia!
Posted by Ríos de Pie on Tuesday, October 15, 2019
Cristian León, director de InnovaPolíticaLatam en Asuntos del Sur explica que hay que tener en cuenta que el voto de quienes conocieron a otro presidente que no sea el actual, está muy ligado al antievismo. “En muchos casos el apoyo a un candidato no es necesariamente porque creen en su proyecto político, de hecho, quizá ni siquiera saben que es muy progresista y capaz mucha gente no está de acuerdo con eso”. Pero ¿Cómo saber las propuestas si las campañas tuvieron como foco otras cosas?
Maria Laura Gómez, Coordinadora de juventudes en Idea Internacional, advierte que en la plataforma de Candidatxs se usó los programas de gobierno oficiales y entrevistas a sus representantes que no necesariamente coinciden con los mensajes que vienen emitiendo los candidatos en la campaña electoral. “La plataforma está dirigida al 40% del padrón electoral, principalmente millenials y centenials, que, según estudios se sienten con falta de representación en el ámbito político, pero tienen mucho interés en participar” añade, y da a conocer que cuatro partidos políticos se abstienen en el tema del aborto voluntario. Sólo uno va por legalizar la marihuana. Tres apoyan el servicio militar voluntario. Cinco se abstienen en el derecho a la representación política de las personas transgénero.
Para Jhanisse Daza de Rios de Pie, “la misión es que la gente caiga en sus recintos electorales y haga control de sus mesas” explica, les moviliza promover un voto informado, consciente y transparente lejos de las viejas estructuras políticas. Se llama #ForLey específicamente pensando en el Fortnite. Ambas afirman no tener vínculos con ningún partido político, el primero está en manos de Idea internacional junto con la cooperación alemana y la embajada de aquel país; mientras que la segunda se enmarca en la propuesta de la Ruta de la Democracia, compuesta por 22 organizaciones de la sociedad civil y académicos en Bolivia.
“De cierto modo en las juventudes está instalada la idea de que son la nueva política, los discursos no se basan entre el socialismo vs capitalismo, o progresismo vs conservadurismo, quizá se agarran de algo, pero muy poco, lo que sí se enfatiza es en la nueva política vs la vieja política” señala León, a quien le preocupa también que estas veedurías emergentes de la ciudadanía, que si bien es un acto legítimo de la democracia, al no existir escuelas de formación a diferencia de otros países en los que hay, puede generar desconfianza.
Aprendices de ciudadanos
El impacto que busca Rios de Pie, quienes además activan por los derechos humanos y el medioambiente a través de las protestas no violentas, es que la gente se sienta empoderada, que sientan que el poder está en sus manos que no solo se está subordinados a las autoridades, sino que las autoridades tienen que ser responsables y responder frente a la población. “controlar nuestro voto es una forma de asegurarnos de que se respete la voz de todos” señala Daza.
Y aunque la tecnología sea el vehículo para este tipo de participación, queda claro que también se están quedando por fuera personas que no tienen acceso a estos medios, así lo indica Grecia Tardío, Community Manager de la plataforma Candidatxs “Aunque hay datos de que la mayoría de las personas, al menos el 90% acceden a internet se sabe que en las áreas rurales y periféricas, la juventud no tiene wifi, por lo que deben comprar megas que les limita a usar solo whatsapp y Facebook, y existe información que queda fuera de su alcance”.
La participación ciudadana en Bolivia no es alta, pero por las características de estas elecciones que responden al agotamiento del mismo partido en el poder, podrían marcar una diferencia. Como lo indica un reportaje de la Deutsche Welle, este podría ser el inicio del fin de la era Morales, o como lo escribió Boris Miranda para la BBC, es sin duda una elección bastante complicada pues el actual presidente no tendrá el mismo apoyo que en el pasado además que internamente se encuentra fragmentado.
Para Daza, la falta de opciones diferentes logra que la ciudadanía participe en la construcción y defensa de su democracia que tiene que ser más activa y más consciente, y eso es lo que se pretende con la plataforma #ForLey al que cualquier persona puede acceder. Candidatxs, que es como un juego de “que personaje eres” tiene pensada cada una de sus 30 preguntas en la juventud. “La aplicación está diseñada para que se pueda entender qué es lo que lo que dicen las organizaciones políticas sobre temas de producción de energía mediante megahidroeléctricas, nacionalización de empresas privadas estratégicas, o jubilación para mujeres amas de casa, entre otros” indica Gómez, quien señala que solo es una herramienta digital para el voto informado, y no así una encuesta o una campaña política.
En la experiencia de León, en octubre pasado hicieron un análisis de grupos organizados por supuestos ciudadanos, en 38 grupos de whatsapp de diferentes zonas en La Paz a los que se había tenido acceso, 36 estaban moderados por las mismas personas y una de ellas tenía un cargo en un partido político, entonces estas intenciones ciudadanas se vieron interferida por actores políticos con finalidades partidarias. “En una era donde prima la desinformación y los medios tradicionales no tienen el monopolio de la información, que existan muchas veedurías hace dudar por que cualquiera puede decir que hubo fraude, y el discurso del fraude puede ser muy peligroso”
¿Estará preparada la ciudadanía boliviana para ejercer sus derechos democráticos mediante las nuevas herramientas y tecnologías que surgen y despegarse de la vieja política que tiene el estigma de haberse quedado lejos de los intereses de las nuevas generaciones?
Últimos datos proporcionados en 2016 por el INE ine.gob.bo/subtemas_cuadros/pPolitica/2090601.htm
[author] [author_image timthumb=’on’]https://asuntosdelsur.org/wp-content/uploads/2019/09/LilaMonasterios.png[/author_image] [author_info]Texto y fotos: Lila Andrea Monasterios, Responsable de Comunicación en Asuntos del Sur[/author_info] [/author]
Más de cinco millones de hectáreas de naturaleza han dejado de existir en Bolivia. 28,4% de todo lo que se deforestó entre 2005 y 2018 sería el equivalente a lo que se quemó entre julio y septiembre de este año. Solo en el 2019, hasta el 26 de septiembre de este año.
En lo que se conoce como la Amazonía boliviana, más de dos millones de sus habitantes están carbonizados y desparramados en tierras antes rojizas y ahora cubiertas de ceniza. Los signos de sufrimiento son evidentes: los cuerpos fríos yacen sobre la tierra aún caliente. De aquellos que pudieron escapar, muchos morirán por falta de alimento, los otros tienen traumas. Pocos tuvieron la suerte de la osa bandera Valentina, que al ser rescatada, cayó en un coma profundo. En medio de toda esa destrucción, también está un pueblo ayoreo no contactado y acorralado por el fuego.
La cronología se remonta a décadas de falta de voluntad para convivir en armonía con la naturaleza. Pero es este año cuando se hace evidente que los planes por la preservación de los bosques -firmados en tantos convenios internacionales, como el Acuerdo de París, que Bolivia ratificó en 2017- son solo parte de la letra muerta de tantos otros papeles. Con la aprobación del decreto supremo 3973, el 9 de julio de 2019, se amplía la frontera agrícola y sin preguntar a la población se concreta que:
“ARTICULO 5.- En los departamentos de Santa Cruz y Beni, se autoriza el desmonte para actividades agropecuarias en tierras privadas y comunitarias, que se enmarque en el Manejo Integral y Sustentable de Bosques y Tierra, conforme a los instrumentos de gestión específicos aprobados por la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra – ABT, y sus Planes de Uso de Suelo vigentes. En ambos departamentos se permite las quemas controladas de acuerdo a reglamentación vigente, en las áreas clasificadas por el PLUS que así lo permitan.”
Quienes se apuraron en manifestar su rechazo a esta medida fueron los indígenas del Comité Defensor de la Amazonía de la cuenca del río Madera, en el departamento de Beni. La tala y quema afectarán todo su trabajo en reforestación y calificaron de mercantilista el decreto, pues se evidenció que no hay un manejo profesional de la naturaleza. Como antecedente, la Red Amazónica de Información Socioambiental Georeferenciada establece que entre el 2005 y 2018, la Amazonía boliviana perdió 18,7 millones de hectáreas.
La sociedad prende chispa
Pero no es hasta la segunda semana de agosto que la población en general se termina de enterar que este año los “chaqueos”, como se conoce a las quemas controladas en Bolivia, no son las que se acostumbra. Si bien ya estaba normalizado estar rodeados de humo en esta época, los pedidos de auxilio de las comunidades aledañas del territorio afectado, las alertas del Centro de Operaciones de Emergencias Departamental y los animales que inesperadamente llegan a la ciudad de Santa Cruz, son cada día mayores. Es entonces cuando una densa capa de humo cubre la ciudad, cuyo himno tiene paradójicamente la frase “bajo el cielo más puro de América”.
Desde el 13 de julio se sabe que el 46% de Santa Cruz está en peligro crítico por el fuego. El 8 de agosto, el alcalde de San José de Chiquitos, Germaín Caballero pide que se declare emergencia para gestionar ayuda internacional. Para el 13 de agosto Roboré se declara en desastre: 25 mil hectáreas quemadas parecen ser lo suficientemente impresionantes para llamar la atención del Gobierno central. Las acciones que se toman a nivel nacional, como el freno de las autorizaciones de quema controlada que otorga la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT), no tienen ningún resultado.
Es recién el 19 de agosto que el presidente de Bolivia, Evo Morales, visita la zona y aunque declara que “hay que ser sinceros, no les voy a mentir, a ver si podemos apagar el fuego según la información es mucho”. Sin embargo, resalta que no es necesaria la ayuda internacional, pues, «el país está preparado». Aunque en ese momento solo se cuenta con dos helicópteros Bambi Bucket. A nivel nacional, empiezan las protestas, la agenda de medios toma el evento como el más relevante: cifras, datos, declaraciones, la temporada preelectoral parece estar en pausa.
El 20 de octubre, Bolivia elegirá a su presidente y este desastre se interpuso en la carrera
A la región de la Amazonía boliviana que se encuentra en Santa Cruz se la conoce como Chiquitania. Más al sur, como Chaco y Pantanal. El bosque seco chiquitano es el punto intermedio del degradé de árboles como las palmeras que lentamente se van cruzando con los burupaus, propios del Chaco, que se expande hasta Paraguay. Hacia el lado de Brasil está el Pantanal, hogar de la casi extinta paraba azul y una de las mayores zonas húmedas del mundo, que nutre las aguas del rio Paraguay.
Solo en Santa Cruz la destrucción representa 3,1 millones de hectáreas, más del 40% se tratan de áreas protegidas.
La sociedad parece estar dividida en este tema: desde el oficialismo se apunta a opositores y activistas como responsables. Incluso varias autoridades acusaron a chilenos, brasileños y menonitas. Activistas acusan al Gobierno que, con las leyes 741 y 1098, además de los decretos supremos 3874 y 3973, avala las prácticas de destrucción de la naturaleza. El presidente defiende a los pequeños chaqueadores, porque «de algo deben vivir» y dice que el desarrollo es primero. La oposición aprovecha el tema para decirle que Bolivia Dijo No a su cuarta candidatura. Para el resto, es como si el incendio no tuviera que ver con ellos.
Contener el espíritu
El luto que dejaron los siete bomberos fallecidos durante los incendios en Bolivia reveló que, por un lado, nuestra sociedad es solidaria siempre y, por otro, que haber participado de esta titánica tarea dejará consecuencias a muchos. Por eso, consta como uno de los pedidos en la recién creada Coordinadora Intersectorial en Defensa de la Naturaleza y los Pueblos, que se les otorgue un seguro de salud, pues la inhalación de monóxido de carbono, entre otras cosas, puede causar daños en su salud.
Pero también hay que pensar en el costo psicológico de nuestra sociedad. ¿Quién dará la contención necesaria? Mónica Negrete, egresada en veterinaria y voluntaria lamentaba no tener tiempo para entristecer por la muerte de sus amigos bomberos, porque el fuego continúa y los animales siguen en riesgo.
Todos aquellos que ingresaron a las zonas, con o sin experiencia, están condenados a recordar de por vida las imágenes de devastación, el silencio de la tragedia, el manto blanco de la ceniza, el rojo vivo del fuego al lado del camino, el olor a humo impregnado en el cuerpo, la lluvia sombría con restos de árboles: la muerte, en alguna medida, de nuestro espíritu.
Última parada: El gran refugio
Una pequeña voz surge en Ñembi Guasu, el área protegida más joven de Bolivia.En medio de la vorágine de acusaciones, reclamos y protestas, desde Roboré -que se convirtió en el centro de operaciones gubernamental para dirigir las acciones-, se determina que las zonas con gente serán las prioritarias.
Ñembi Guasu, entonces, queda relegada como si se tratara de un monte sin vida. Sin embargo, gente del Gobierno Autónomo Guaraní Charagua Iyambae (GAIOC), junto con el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) y Naturaleza, Tierra y Vida (Nativa), entre otros, toman este territorio como su prioridad.
En guaraní, Ñembi Guasu significa «Gran Refugio».
Adhemar Flores, legislador de la GAIOC y miembro de la comisión de Recursos Naturales, Tierra y Territorio, cuenta que la falta de equipo y logística es lo que demora sus acciones de contingencia. Más adelante, vendrá la etapa de restauración, aunque prevé que la mayor amenaza serán los avasallamientos que tienen por aliados a los del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), que a pesar de saber que es una área protegida, siguen entregando títulaciones. Flores ya tuvo que enfrentarse y sacar a gente que se estaba asentando en la zona.
De quienes no se sabe nada es de los ayoreos no contactados.
A pesar de existir diferentes legislaciones como el Decreto Supremo 24122, en el que “se garantizan y aseguran los derechos de subsistencia básica y actividades de transhumancia, recolección y manejo del hábitat de las familias ayoreo de nómadas no contactados” o el Decreto Supremo 1286, que señala que “las naciones y pueblos indígena originarios en peligro de extinción, en situación de aislamiento voluntario y no contactados, serán protegidos y respetados en sus formas de vida individual y colectiva”, el rastro de estas vidas parecen ni cruzarse por la cabeza de quienes gestionan la ayuda «humanitaria».
Esta es la mayor preocupación de Jose Picanderai, un ayoreo de la comunidad Urucú, que entró hasta donde se hacían las exploraciones con drones en Ñembi Guasu para buscar algo de atención.
“Mis hermanos están ahí y estamos preocupados por que en las imágenes del satélite hemos visto que el fuego está en su zona”.
Cuando dice «su zona», se refiere a los hitos entre el 4 y 6 del lado boliviano, aproximadamente, desde el sur de Santa Teresita y la comunidad Nueva Jerusalén, hacia el parque Kaa Iya.
Sabe que no están en Paraguay, porque allá hay protocolos y gente que los monitorea, además de que allá los ganaderos cierran sus terrenos, mientras que en Bolivia quedan abiertos.
“Ellos no saben cómo protegerse, he pedido ayuda al Ejército, he escrito cartas al alcalde de Roboré. Quiero hacer un reconocimiento aéreo porque de día se los puede ver cuando están cocinando, pero no me hacen caso, dicen que no hay gente aquí, pero está nuestra huella. Ancestralmente este es nuestro territorio”, ruega José y explica que sus «hermanos» son nómadas y que, seguramente, irán a tierras elevadas donde no llegue el fuego. Pero la tristeza de la devastación los invadirá inevitablemente y los afectará de manera directa, porque sus fuentes de alimento mermarán.
Ellos, a diferencia de nosotros, cazan para el día, sacan la miel para el día.
Ante la falta de protocolos y conocimiento general, recomienda no acercarse a ellos, no hay que seguirles ni gritarles por que eso sería tomado como una provocación y les pueden defenderse a flechazos.
Rebeca Chiqueno, de la Central Ayorea Nativa del Oriente Boliviano (CANOB), reconoce que existen indicios para saber que están por ahí. Hace un par de meses, cuando su hijo entró a cazar, los escuchó gritando, además de ver sendas abiertas donde están sus huellas. También está preocupada por esta situación y espera al encuentro de emergencia que habrá en octubre entre Bolivia y Paraguay, para saber como proceder en este tema.
Desde la CANOB en Bolivia y UNAP en Paraguay están demandando a las respectivas autoridades coordinar con sus organizaciones para generar acciones y garantizar los derechos humanos fundamentales del pueblo ayoreo, pues sus sistemas de supervivencia para alimentarse de las raíces, miel, insectos y animales han sido destruidos y señalan que se sienten amenazados por el agronegocio.
Responsabilizan a las autoridades de ambos países y exigen la sanción de los culpables. “¿qué será de ellos, viven aún?” cuestiona su comunicado.
“Los servidores públicos del nivel central del Estado, de las entidades territoriales autónomas y la sociedad civil, tienen el deber de hacer cumplir los derechos de los titulares de la presente Ley, bajo responsabilidad administrativa, civil y penal”, dice el artículo 5 de la ley 450 de Protección a Naciones y Pueblos Indígena Originarios en Situación de Alta Vulnerabilidad del 4 de diciembre de 2013.
En la misma, se anuncia la creación de la Dirección General de Protección a Naciones y Pueblos Indígena Originarios (DIGEPIO). Hasta este año, esta oficina no existe. Como tampoco se sabe de protocolos bolivianos ni proyecto de sensibilización.
¿Qué pasaría si en medio del desastre bomberos voluntarios se encuentran con ellos? ¿Saben que nuestra ropa tiene bacterias que pueden enfermarlos? ¿Saben que son hostiles y que no hay que intentar establecer comunicación?
¿Qué será de ellos, viven aún? Ninguna autoridad se ha manifestado al respecto de los no contactados, pareciera que los decretos y leyes son, de nuevo, letra muerta en los documentos que se firman en el «intento» de hacer bien las cosas.
Llegada la hora, cuando es necesario implementarlas, el camino se desvía.
Habría que rescatarnos como a la osa Valentina, quien después de su coma despertó y muestra mejorías. Nunca será la misma de antes, pero por lo menos se le dio una nueva oportunidad para continuar con su vida.
En la agenda patriótica del Gobierno constan las grandes exploraciones en busca de combustibles fósiles, construcciones de megaproyectos, exportación de carne masiva, venta de etanol, que nada tienen que ver con los derechos de la madre tierra.
Mientras el modelo de desarrollo extractivista bolivianos -que se basa en la propiedad privada de los recursos y su extracción en grandes cantidades, mercantilizando a la naturaleza para fortalecer la economía internacional provocando consecuciones territoriales- continúe como regla, los habitantes de los últimos refugios naturales irán migrando, desapareciendo, escapando o muriendo.
Los incendios en la Chiquitanía y el Chaco boliviano las afectan particularmente. El desastre natural, la quema de cultivos y la contaminación del agua no les permiten cumplir con los roles de género y el sistema de cuidados que les impone el patriarcado. Por eso, más allá de sufrir el fuego en carne propia, la mayoría se lamenta por sus familias. Cuando el fuego se apague, las mujeres saben que los hombres se irán a trabajar a la ciudad y ellas quedarán solas en el territorio con sus niños y niñas.
Las mujeres indígenas sufren una doble opresión: por ser mujeres y por ser indígenas. Junto a las afrodescendientes son el ejemplo más claro de cómo el racismo, el patriarcado y el colonialismo se entrecruzan para mostrarnos la cara más perversa de la modernidad.
En el caso de los incendios, el principal problema pasa por el sistema de cuidados: el patriarcado ha impuesto a las mujeres el rol de cuidadoras de las infancias, de la tercera edad y de las personas enfermas. Es decir, un trabajo que no es ni pago ni reconocido por la sociedad. En circunstancias de desastre natural, estas tareas se ven imposibilitadas de cumplir: mientras los hombres van a apagar el fuego, las mujeres se quedan en la casa y no pueden ni obtener el agua y los alimentos para la familia ni cuidar de los animales domésticos.
Un segundo conflicto es cuando el fuego afecta a las plantaciones en donde las mujeres recogen los alimentos para el hogar y las materias primas para las manufacturas que realizan de modo colectivo. Dado que uno de sus principales problemas es la independencia económica, cuando se afectan los recursos naturales de donde producen su sustento, se afecta también su libertad.
En su recorrida por la Chiquitanía boliviana, la Directora Regional del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS), Daniela Vidal, ha seguido de cerca las consecuencias del fuego en los bosques bolivianos: “Los incendios afectan a la economía del hogar, la alimentación y la salud: cuestiones que recaen sobre la responsabilidad de las mujeres. Cuando las indígenas producen recursos, los ingresos se distribuyen con todos los integrantes de la familia y se destina a las tareas de cuidado que son las asignadas por los roles de género. No suele pasar lo mismo con la figura masculina que destina solo una parte de sus ingresos a la familia”.
De este modo, se reproduce lo que explica la antropóloga Rita Segato en su ensayo Género y colonialidad: del patriarcado comunitario de baja intensidad al patriarcado colonial moderno de alta intensidad: confinada al espacio doméstico, la hegemonía del espacio público apropiado por los hombres como lugar de deliberación y toma de decisiones relegó a la mujer a una esfera privada carente de intervención pública. En el fondo, esta jerarquía de espacios propia de la irrupción del patriarcado eurocéntrico, significó una ruptura ontológica en la mujer. La desigualdad de esferas significa una desigualdad de género. Al mismo tiempo, el hombre indígena oprimido por el blanco fuera de la aldea, será empoderado al interior de la misma.
Si bien siempre existió una jerarquía previa a la conquista europea, un “patriarcado de baja intensidad” en términos de Segato, esta diferencia se radicaliza con la intrusión colonial que toma a los hombres indígenas como interlocutores privilegiados y “domestica” a las mujeres. “Los vínculos exclusivos entre las mujeres, que orientaba a la reciprocidad y a la colaboración solidaria tanto ritual como en las faenas productivas y reproductivas, se ven dilacerados en el proceso del encapsulamiento de la domesticidad como ‘vida privada’. Esto significa, para el espacio doméstico y quienes lo habitan, nada más y nada menos que un desmoronamiento de su valor y munición política, es decir, de su capacidad de participación en las decisiones que afectan a toda la colectividad”, concluye Segato.
Entre los roles de género y la participación política
La Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNAMIB) reúne a las indígenas de tierras bajas (como se denomina al Oriente boliviano cuya altura promedio es de 500 metros sobre el nivel del mar) y su misión es promover la participación activa de las mujeres en las decisiones políticas. Sacarlas de la esfera doméstica para repolitizarlas en la esfera pública. Su presidenta, Wilma Mendoza Miró, explica que la mujer indígena comienza a ser discriminada cuando exige sus derechos dentro del mismo entorno familiar. A participar de la toma de decisiones como lideresas, la marginación se vuelve a repetir: “Venimos de una cultura en la que el jefe del hogar tiene que ser el hombre y en tu familia misma te discriminan por nacer mujer. También somos discriminadas como dirigentas porque la mayor parte son varones. Entonces se ríen de lo que una dice por más que sea una buena propuesta. Es una lucha constante para demostrar que nuestras ideas son buenas”. La misma discriminación se hace presente una vez más cuando la mujer indígena sale del territorio y en la ciudad la miran despectivamente por no tener el mismo nivel educativo que las mujeres urbanas.
En este momento, Mendoza Miró se encuentra en la Chiquitanía, una de las regiones más afectadas por el fuego, encabezando una vigilia que reclama el apoyo del gobierno nacional. La dirigenta pone en palabras cómo sufren el incumplimiento del cuidado de sus familias: “Las mujeres están sufriendo más los incendios que los hombres porque tienen que preparar el alimento todos los días para sus familias. Además, toda el agua está yendo a los ganados, pero no a los chanchitos, gallinas y conejos que forman parte de nuestra alimentación”.
La lideresa cuenta que, con la sequía, las chiquitanas también perdieron el maíz para alimentar los animales menores y se vieron obligadas a salir de sus comunidades para pedir ayuda en la ciudad: “Eso no nos gusta porque en nuestra casa grande tenemos todo: es nuestro mercado. A nosotras nos da vergüenza pedir ayuda, pero lo que está ocurriendo nos obliga. Se están perdiendo vidas: no solo humanas. La flora para nosotras es muy importante. Por eso hablamos de la biodiversidad y del equilibrio con el entorno. La naturaleza nos necesita y nosotros a ella. La mujer indígena está sufriendo mucho”.
Leticia Resamano Enríquez es la técnica especializada en género del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), una de las organizaciones que más ha acompañado las luchas y el desarrollo rural desde su fundación en 1970 bajo la iniciativa de tres jesuitas. Actualmente, la institución busca fortalecer los liderazgos de los jóvenes y las mujeres en la primera autonomía indígena del Estado Plurinacional de Bolivia: la Autonomía Guaraní Charagua Iyambae.
La especialista cuenta que las dificultades de las guaraníes están relacionadas con la influencia de la cultura patriarcal y los roles de género, tanto en la participación política como en la independencia económica: “Para las mujeres indígenas, el patriarcado opera más fuerte por los roles que se asumen. Se cree que deben estar en la casa y sufren una doble discriminación por ser mujeres e indígenas. A veces se suma también si eres joven. No podemos comparar la opresión a la mujer urbana con la mujer rural e indígena, la cual se reproduce tanto afuera como adentro de la comunidad”.
Resamano Enríquez explica que en las regiones donde más ha durado la explotación colonial, el liderazgo de las mujeres está más adormecido por los efectos de la conquista. En las autonomías, las mujeres han asumido un rol muy importante en la construcción y la consolidación de los procesos. Aún así, en las mayorías de las carteras las mujeres siguen siendo relegadas a los puestos más bajos.
Otro conflicto surge con la reacción de los hombres. “Cuando hablamos de género, los hombres guaraníes nos dicen que les metemos cosas en la cabeza a las mujeres”, sonríe la técnica mirando de reojo a un señor que se hace el desentendido con el comentario. En principio, los varones se muestran a favor de que las indígenas participen políticamente, pero cuando llega el momento de la elección la mayoría de los puestos son ocupados por hombres. Nada muy diferente a lo que ocurre en los partidos políticos y sindicatos occidentales.
El Territorio Indígena Monte Verde: el temor por el cusisal y el problema de la sequía
El Territorio Indígena Monte Verde, ubicado en la Chiquitanía boliviana, comprende un área de 974.447 hectáreas y es uno de los más afectados por los incendios. El pueblo chiquitano señala que la expansión de la frontera agrícola, el desmonte y las quemas, combinadas con la helada y la sequía, son las responsables del fuego que ya se comió a más de 224.000 hectáreas de su territorio y afectó a 35 comunidades.
La secretaria de Género de la Central Indígena Paiconeca, Albertina Flores Mancilla, recorrió las comunidades afectadas y colaboró con la evacuación de los niños y niñas. La joven dirigenta explica que la helada quemó las plantaciones de maíz, plátano y yuca con los que las mujeres indígenas alimentan a sus familias. La lideresa chiquitana sostiene que el incendio agravó la situación que viven diariamente: “Muchas veces el varón se va de las comunidades en busca de trabajo y quedamos solas con nuestros hijos. Las mujeres indígenas somos las que más sufrimos en las comunidades. Más allá de la quema de cultivos, tenemos que salir a buscar agua para tomar y, como nuestros chacos [porción de tierra destinada a la agricultura] quedan lejos de los centros urbanos, tenemos que encontrar soluciones sin poder pedir ayuda inmediata”.
Por su parte, la presidenta de la comunidad Virgen de Urkupiña, Carmen Lourdes Herrera Rodríguez, explica que su territorio ha sido muy afectado y todos los comunarios sufren el desastre natural. La preocupación por la falta de agua vuelve a estar presente: “Nosotros teníamos un pequeño chorro de agua que pasaba por la comunidad, pero con la sequía ya no existe. Nos quedamos sin agua nosotros y los animales. Hasta el momento se nos murieron dos vacas por falta de pasto”.
En la comunidad Palestina, el fuego amenaza la independencia económica. La Asociación de Mujeres 1° de Mayo está preocupada por su emprendimiento colectivo de plantaciones de cusi: de las semillas de las palmeras extraen un aceite amarillo similar al aceite de coco que usan para hacer cremas y shampoo. “Si se quema el cusisal no podemos realizar los productos y no tenemos para sustentar a la familia. Somos mujeres que damos todos los días la cara por nuestros hijos y pedimos ayuda porque el fuego ya va a llegar a la zona donde hacemos la recolecta del cusi. Estamos preocupadas”, explica una de las integrantes de la asociación.
En el Territorio Indígena Monte Verde, las mujeres chiquitanas sufren la crisis del sistema de cuidados y los efectos del desastre natural: como madres, piensan en cómo afectará el incendio la salud de sus hijas e hijos, mientras que, como indígenas, se preocupan por el bosque y qué comerán los animales silvestres.
La Autonomía Charagua Iyambae: la contaminación y los parques nacionales
Al igual que en Monte Verde, las mujeres guaraníes de la primera autonomía indígena del Estado Plurinacional de Bolivia también están desarrollando sus iniciativas productivas que les otorguen independencia económica. En la capitanía de Parapitiguasu, tienen sus cajas de abejas y transforman la miel: hacen shampoo, jabón, cremas y jarabes. También trabajan la semilla de la flor del ñetira con la que producen cremas de enjuague y, realizan canastas y tejidos. En Charagua Norte, fabrican láminas de cera para la producción de miel. Lo que falta trabajar es la comercialización. Otros emprendimientos como las huertas comunales son muy eficientes, pero no se visibiliza su efecto: si bien disminuyen los gastos en la canasta familiar, como lo producido no se vende, su aporte no es valorado por los hombres.
Frente al avance del fuego, Resamano Enríquez comenta que los incendios están lejos de sus viviendas y la preocupación no pasa por las pérdidas económicas, sino por cómo afectan a la naturaleza: “Las mujeres tienen miedo por el tema ambiental y la contaminación de las aguas subterráneas que, de algún modo, a la larga las van a afectar. Están esperando la lluvia. La Madre Tierra está muy arraigada al nivel cultural porque a las mujeres guaraníes siempre se las ha considerado como seres espirituales y de conexión directa con la naturaleza”.
Marta Morales es asambleísta de Parapitiguasu y señala que los focos de fuego son muy grandes: “Como mujer y madre de familia puedo decir que es bien lamentable para nosotras que nuestros bosques lleven ardiendo más de un mes. Se están quemando nuestra fauna, aves, animales silvestres y recursos naturales. La situación es muy crítica”. En este momento, su preocupación está en los Parques Nacionales Kaa-Iya y Otuquis, y el Área de Conservación Ecológica Ñembi Guasu: todos ubicados dentro de la autonomía de Charagua.
Morales señala que reforestar lleva mucho tiempo y que no es lo mismo que el árbol nativo. La situación se agrava cuando ya son más de un millón de hectáreas quemadas. “Nuestros animales silvestres: ¿cuánto se ha perdido y cuánto nos va costar ver cuántos quedaron? Como madre me preocupa y pienso que mis hijos deberían conocer estas áreas protegidas y ver qué tenían. Ya no lo van a conocer. Ni lo van a palpar. Le pedimos a Dios y a la naturaleza que nos derrame su bendición y llueva porque ese va a ser el final de la quema”, concluye la referenta ante el deseo de que sus hijos conozcan el territorio.
En Ñembi Guasu y Otuquis, viven en aislamiento voluntario varias familias de los ayoreos no contactados. No se sabe cuántos. Hace tan solo dos meses hubo avistamientos de sus rastros. Con el avance de los incendios, se teme que sean acorralados por las llamas que a veces superan los 25 metros de altura.
La secretaria de género de la Central Ayoreo Nativa del Oriente Boliviano (CANOB), Rebeca Chiqueno, afirma que están preocupados porque no se sabe dónde se encuentran los ayoreos no contactados: “Las mujeres ayoreas son muy valientes. Salen a cazar y tradicionalmente son tejedoras: usan la hoja de garabata, pero cada vez es más difícil conseguir la plata para seguir realizando esta práctica. En el contexto urbano es la mujer ayorea quien administra los recursos de la familia: los esposos salen a trabajar, pero siempre el dinero se entrega a la mujer y es ella la que hace la distribución”.
Ñembi Guasu en guaraní significa “el gran escondite” o “el gran refugio”, y es así como lo siente Rocío Rúa, una mujer indígena guaraní que llegó desde el municipio de Camiri: “Alguna vez vimos esto con vida. Es normal que sea un área seca porque somos del Chaco. Hay sonidos del ambiente que te manifiestan que hay vida ahí. Sentir este silencio del viento, es desolador”. Isapi, su nombre en su lengua materna, pisa el suelo aún caliente tras un incendio que recién se apagó. Los abuelos le enseñaron sus creencias espirituales y, por qué es importante mantener las raíces para preservar y mantener la vida de estos lugares. “La noche que llegué sentí todo apagado, tuve sueños extraños, tuve miedo”, comenta con ansiedad, sabe que se están perdiendo las líneas de conexión entre lo espiritual y el territorio, y eso es algo que la entristece.
Los guaraníes cuentan que los verdaderos dueños de la tierra son los espíritus que la protegen. No es necesario ser indígena para creerlo, en el parque Kaa-Iya se dice que no ha entrado el fuego, porque su Iya (“amo mítico del monte”, en guaraní) lo custodia y resguarda de los incendios. El territorio está vivo porque ahí se sigue viviendo la conexión entre humanos y naturaleza que enseñan los abuelos. Las mujeres indígenas viven este vínculo de un modo particular, forma parte de su cultura, y por eso sufren por la flora, la fauna y la tierra arrasadas.
Después del fuego
Los incendios en el Estado Plurinacional de Bolivia han consumido más de 4 millones de hectáreas. En esos bosques devorados por las llamas, los pueblos indígenas en general y las mujeres en particular padecen la destrucción de la flora y la fauna: allí está su cultura, su espiritualidad y su sustento.
Al igual que las mujeres urbanas, las indígenas sufren el patriarcado dentro del territorio. Pero a diferencia de ellas, también deben convivir con el racismo cuando salen de la comunidad. Es una doble opresión propia de la colonialidad del poder y la creación de la categoría de “raza” como mecanismos de dominación, inexistentes antes de la conquista de América.
Frente al fuego, las mujeres no pueden cumplir con el sistema de cuidados: una estuctura propia del patriarcado que las obliga a hacerse responsables de las infancias, la tercera edad y las personas enfermas. De este modo, ante la falta de agua potable y alimentos, los testimonios de las mujeres chiquitanas y guaraníes mencionan constantemente a sus hijos e hijas. En algunos casos, también hacen referencia al temor de que las llamas afecten a sus emprendimientos productivos que les permiten su independencia económica.
Sin embargo, cuando el incendio se apaga, los problemas continúan. El sufrimiento no solo está en el presente, sino en el futuro. “La ayuda durará tres meses. Pero en un momento se va a acabar. ¿Qué va a pasar después?”, se pregunta Vilma Mendoza que sabe que la asistencia y las donaciones tienen un límite. Mientras tanto, las mujeres indígenas se van preparando para los próximos meses: los hombres van a dejar las comunidades para salir a buscar trabajo en la ciudad y ellas quedarán solas en los territorios con sus niños y niñas.
* Damián Andrada es investigador de IWGIA y ORE, magister en Ciencia Política y Sociología, y docente de periodismo, comunicación y epistemología en USAL, UMSA y FLACSO.
* Lila Andrea Monasterios es documentalista y periodista boliviana, maestranda en derechos humanos y política social en la UNSAM, responsable de comunicación en Asuntos del Sur.
* Editora de género: Luciana Mignoli es periodista, docente e investigadora especializada en feminismos y pueblos indígenas.
[author] [author_image timthumb=’on’]https://asuntosdelsur.org/wp-content/uploads/2019/09/Lucas.jpeg[/author_image] [author_info]Autor: Lucas Barreña, periodista[/author_info] [/author]
Quince días de denuncias que no fueron noticia; miles de hectáreas de selva amazónica destruidas por un incendio; fuego en los estados brasileños de Rondonia, Mato Grosso y Mato Grosso del Sur, en los departamentos bolivianos de Santa Cruz y Beni, en el Chaco paraguayo y en la zona de Madre de Dios en Perú. Recién esta semana trascendió la catástrofe de magnitud asombrosa, aunque todavía no se ha dimensionado en su totalidad. Miles de animales que huyen de su hábitat y los indígenas que viven en el Amazonas son testigos de cómo arde el pulmón del mundo mientras a pocos parece importarles.
De acuerdo a estimaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE), durante esta última semana los focos de incendio han afectado 68 zonas protegidas o reservas indígenas de la región amazónica. En las redes sociales, los internautas, los que tienen voz, comenzaron a visibilizar su reclamo a través de los hashtags #ActForAmazonia y #PrayForAmazonia.
La indiferencia de Bolsonaro hizo que los focos de preocupación miren hacia el país carioca, sin embargo algunas políticas de Evo Morales también llevaron a que el incendio afecte a más de un millón de hectáreas en tierras bolivianas. La quema controlada aprobada meses atrás paradójicamente se descontroló.
Para comprender la importancia de la selva, la peligrosidad del incidente y la peligrosidad del gobierno de Jair Bolsonaro, vale aquí un repaso.
La importancia del Amazonas
Las plantas –en contraste con los animales– captan el carbono del ambiente y eliminan el oxígeno. Es por eso que la selva amazónica es considerada “el pulmón del mundo”: produce un 20% de la cantidad total de oxígeno que hay en el ambiente y absorbe 1.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, el principal impulsor del calentamiento global. De no existir el Amazonas, todas las emisiones de carbono que el ecosistema absorbe por año se concentrarían en la atmósfera, provocando el aumento de las temperaturas a nivel mundial.
El Amazonas, de 7.4 millones de km2 de extensión, es el bosque tropical más grande del planeta y alrededor del 60% se encuentra en Brasil. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), es el hábitat de 40.000 especies de plantas, 427 de mamíferos, 1.300 de aves, 378 de reptiles, 400 de anfibios, 3.000 de peces y de 400 pueblos indígenas diferentes (alrededor de 34 millones de personas). Estas vastas superficies verdes cumplen una función vital tanto para el funcionamiento de la Tierra como para la supervivencia del humano.
El principio del fin
Varios sectores de la sociedad brasileña alarmaron el peligro que significa Bolsonaro para el Amazonas incluso antes de ser electo. El presidente brasileño, que asumió en enero, cuenta con el apoyo de la agroindustria y en varias oportunidades ha manifestado su deseo de explotar la selva amazónica para fines lucrativos.
Sin embargo, conocida la noticia de los incendios, desde el gobierno han salido a defenderse. Ricardo Salles, ministerio de Medioambiente, atribuyó la catástrofe a una gran sequía en las regiones norte y centro-oeste del país, mientras que Bolsonaro apuntó a una conspiración en su contra para dañar su imagen. “Puede existir una acción criminal de las ONG para llamar la atención contra mi persona”, declaró Bolsonaro el pasado miércoles 21 ante periodistas. Como consecuencia, decidió retirar las subvenciones públicas destinadas las ONG que luchan por proteger el Amazonas.
Científicos, ambientalistas y organizaciones sociales no piensan lo mismo. Varios especialistas desmintieron los dichos de Salles, pues si bien la escasez de lluvia es causante de incendios, “este año ha sido bastante húmedo”, explicó Adriane Muelbert, ecóloga experta en estudiar el rol del Amazonas en el cambio climático. Por otra parte, conocida la postura de Bolsonaro, les es fácil concluir que los incendios fueron provocados deliberadamente para deforestar esas vastas extensiones de tierras, lo que deja el terreno preparado para la minería o la agricultura extensiva.
Para entender las hipótesis de quienes acusan al presidente de ser responsable de los incendios, primero hay que tratar de descifrar quién es y cómo piensa Bolsonaro, a qué intereses responde y cómo fue que llegó al poder.
El paradigma BBB: “Bala, Biblia y Buey”
Que el presidente del país que contiene “el pulmón del mundo” no crea en el calentamiento global es un gran problema. Que haya amenazado con salirse del Acuerdo Climático de París, también lo es. Esta última idea fue desestimada luego de que, en el marco del G-20 organizado en Buenos Aires, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, haya aclarado que no habría tratado entre la Unión Europea y el Mercosur si Bolsonaro cumplía con su promesa de abandonar el Acuerdo de París, como ya lo había hecho anteriormente Donald Trump.
En octubre del año pasado, en plena campaña, trascendió la noticia de que Jair Bolsonaro habría pensado en unificar los ministerios de Agricultura y Medioambiente, casi como si fuesen lo mismo y dejando en claro su posición al declarar quién mandaría en el súperministerio: “Seamos claros: el futuro ministro provendrá del sector productivo. No nos pelearemos más por esto”.
Luego de las críticas recibidas en campaña tras reiterar en varias oportunidades sus deseos de abrir el Amazonas para las empresas y mostrarse a favor de intereses comerciales, adoptó un tono más conciliador y aceptó entablar negociaciones. Sin embargo, desde su asunción solo ha colaborado a la explotación de la selva amazónica sin siquiera oír reclamos de la comunidad internacional.
BBB, “Biblia, Bala y Buey”, son las siglas con que utilizan los brasileños para referirse a los tres grupos de poder que mayor peso tienen en su agenda conservadora: los religiosos, los armamentistas y los de agronegocios. El apoyo de este último sector explica las retribuciones que desde el gobierno ha dado Bolsonaro a madereros, hacendados y terratenientes.
¿Extractivismo o protección?: el progreso a costas de la existencia
Los pesimistas que creyeron que Bolsonaro iba a actuar a favor de intereses comerciales en el Amazonas finalmente tuvieron razón. Menos de nueve meses en el gobierno fueron suficientes para comprobarlo. Según datos del INPE, hasta julio se deforestaron 2.255 km2 y solo en los primeros 15 días de ese mes fueron talados otros 1.000 km2 de selva amazónica. El instituto también precisó que entre el 1 de enero y el 18 de agosto se registraron 71.497 focos de incendio, de los que un 52.5% se situaron en la región amazónica (otro 30.1% se detectó en el Cerrado, la sabana brasileña que rodea la Amazonia, y el 10.9% restante en el Bosque Atlántico, que rodea el litoral del país).
En el mismo período del año anterior, se habían acumulado 39.194 siniestros, por lo que en comparación se superaron los incendios en un 83%. De acuerdo a las estadísticas del INPE, solo en este verano la deforestación en Brasil ha sido mayor que en los últimos tres años. No hay que caer en la tentación de que el gobierno anterior, de Michel Temer, no haya inmiscuido en la propagación de incendios, pues entre agosto de 2017 y julio de 2018 la deforestación aumentó un 13.7% y durante todo el año pasado han desaparecido más de 1.3 millones de hectáreas de selva amazónica, según un informe de Global Forest Watch, del Instituto de Recursos Mundiales.
La deforestación es una práctica habitual para transformar áreas forestales en áreas agrícolas o de cría de ganado. La tala de madera, el cultivo de soja y la agricultura son algunas de las actividades que, para muchos, son consideradas como beneficios. La quema de árboles despeja el terreno rápidamente: la región se vuelve más seca y estimula aún más la deforestación.
La quema prescripta –también conocida como quema controlada o chaqueo– es una técnica voluntaria como alternativa de prevención de los incendios forestales, herramienta que permite habilitar terrenos para la siembra y demás actividades lucrativas. Cuando se vigila la quema prescripta, el fuego se descontrola y se terminan quemando tierras vírgenes que intentaban preservar.
En Bolivia, por ejemplo, Evo Morales aprobó en julio pasado un decreto con el cual autorizó los chaqueos en los departamentos de Santa Cruz y Beni. Conocida la catástrofe del Amazonas, el presidente acusó que solo un 20% de los terrenos destruidos en Bolivia pertenecían a tierras vírgenes. En este espiral descendente, favorecido por la ausencia estatal, el bosque podría secarse cada vez más hasta transformarse en un ecosistema más parecido a una sabana. Los costos de estos “beneficios comerciales”, como veremos más adelante, son bastante apocalípticos.
La política de Bolsonaro con respecto al cuidado del medioambiente y el potencial desarrollo económico que podría tener la región se alinea a la idea de que, durante décadas, las leyes han sido demasiado restrictivas para un país que necesita crear nuevos empleos. En ese marco, en reiteradas oportunidades se ha mostrado a favor de explotar las ricas áreas protegidas del Amazonas y favorable a una mayor flexibilización de las políticas ambientales brasileñas. La agricultura y la agroindustria acumulan alrededor del 44% de las exportaciones del país y el 23% del Producto Bruto Interno (PBI). El debate sobre si se debe mantener la protección de la selva o abrirla a la explotación es el que se instaló unilateralmente en Brasil.
A pesar de las alertas de grupos ambientalistas y científicos, Bolsonaro ha hecho oídos sordos e insiste en explotar las selvas amazónicas. Incluso se ha burlado de quienes quieren colaborar en su política ambiental. “Amazonas es de Brasil, no de ustedes”, sentenció en conferencia de prensa el pasado viernes 16 en el Planalto, el palacio presidencial de Brasilia, ante corresponsales extranjeros. El mandatario, de hecho, consideró que se generó una gran exageración con respecto al tema y aclaró que se acabó “la psicosis ambiental”.
En ese marco, el gobierno de Bolsonaro propuso algunas reglas de juego que alimentaron la explotación del Amazonas. La agencia de cumplimiento ambiental de Brasil ha tenido un recorte presupuestario de US$ 23 millones de dólares y sus operaciones han disminuido al igual que las confiscaciones de maderas y las multas ambientales para los agricultores. Estas últimas han sido ampliamente criticadas desde el oficialismo por no permitir la apertura de las reservas indígenas y otras áreas protegidas al desarrollo económico. IBAMA, la agencia de protección forestal encargada de las condenas a individuos y empresas que deforestan y contaminan ilegalmente, ha entrado en el ojo de la tormenta y el propio presidente manifestó su deseo de querer restringir su capacidad.
La reacción de la comunidad internacional
Un informe publicado en abril por la ONG Amazon Watch, elaborado en conjunto con National Articulation of Indigenous Peoples of Brazil (ABIP), expuso algunas maniobras de empresas brasileñas e internacionales que practican la tala de árboles en el Amazonas. La compañía Benevides Madeiras, por ejemplo, exportó en los últimos dos años unas 125 toneladas de madera a firmas de Francia, Bélgica, Holanda y Dinamarca. Un total de 27 empresas europeas y estadounidenses trabajan con proveedores locales que llevan a cabo talas ilegales y pagan irrisorias multas por contaminar el planeta.
En el documento se analizaron las cadenas de suministro de 56 compañías brasileñas involucradas en la deforestación y venta de madera. En otro apartado, Amazon Watch sostiene las grandes cantidades de productos que continúan ingresando a los mercados internacionales, principalmente a los tres socios comerciales más importantes de Brasil: China, Estados Unidos y la Unión Europea. Este último obtiene el 41% de sus importaciones de carne de Brasil, otro negocio que promueve la deforestación amazónica al necesitar cada vez más terrenos para desarrollar la ganadería.
Por otro lado, Greenpeace elaboró un reporte titulado “Árboles imaginarios, destrucción real” en el que señaló a la exportación de maderas preciosas de Brasil, como el lapacho, hacia Europa y Estados Unidos, como unas de las acciones ilegales que devastan a la selva.
Otras de las respuestas recibidas desde otras partes del mundo fueron las de Noruega y Alemania. Ambas naciones aportan el 99.5% de las donaciones que recibe el Fondo Amazonia, un proyecto creado en 2008 durante el Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) con el objetivo de prevenir, monitorear y combatir la deforestación del mayor bosque tropical del mundo. Luego de que el gobierno bolsonarista haya cambiado de manera unilateral al equipo directivo que gestiona el fondo, el país nórdico ha anunciado la congelación una ayuda de 30 millones de euros y Alemania ya suspendió un aporte similar.
En estos días, también trascendió la noticia de que Macron –que había sugerido que no habría tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur si Bolsonaro sacaba a Brasil del Acuerdo de París– estaría oponiéndose al pacto luego de la postura del presidente brasileño con respecto al cambio climático y su nulo accionar en la región amazónica.
Las consecuencias del desastre
Los millones de indígenas que habitan el Amazonas no parecen ser un impedimento para el gobierno de Bolsonaro si quiere utilizar la selva para su explotación. En su primera semana como presidente, el exmilitar firmó un decreto en el que otorgó al ministerio de Agricultura el poder de delimitar las tierras indígenas, una tarea que antes realizaba, justamente, la Fundación Nacional de Indígenas (FUNAI).
Luego de los incendios forestales, varios estados brasileños, como Amazonas y Acre, han declarado situación de emergencia o alerta ambiental. La deforestación hace que se pierda la función del bosque, que es la de proporcionar nubes a la atmósfera para producir lluvia, y que, en estos días, lugares como Mato Grosso del Sur, Paraná e incluso Sao Paulo solo puedan ver nubes de humo causadas por el fuego y que provocan graves enfermedades respiratorias.
Sin embargo, deforestar el Amazonas no repercute solamente en el área local. Como se explicó anteriormente, la deforestación hará que “el pulmón del mundo” reduzca su capacidad de absorber grandes cantidades de dióxido de carbono, lo que aumentaría las temperaturas globales. Y si la selva tropical llegase a convertirse en una sabana seca inhabitable para gran parte de su vida silvestre no solo no existiría más como fuente de oxígeno, sino que comenzaría a emitir carbono, el principal impulsor del cambio climático. Que sí, existe.
Licenciada en Ciencia Política (Universidad de Buenos Aires, Argentina), Magíster en Derechos Humanos y Democratización en América Latina y el Caribe por la Universidad Nacional de San Martín (Universidad Nacional de San Martín, Argentina) y maestranda en Ciencia Política (Universidad Torcuato Di Tella, Argentina). Me desempeño como investigadora en el Observatorio Electoral de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, docente universitaria y consultora independiente. Miembro de la Red de Politólogas #NoSinMujeres. Líneas de investigación: participación política de las mujeres y diversidades, gobernanza electoral y nuevas tecnologías para la participación política.
Mi nombre es Bruno, soy de Rio Cuarto, Córdoba. Me desempeño laboralmente como desarrollador web, especializado en Wordpress y Javascript. Actualmente estoy estudiando PHP y React. Me gusta mucho viajar y andar en bici 😁
Migrante colombiana viviendo en Buenos Aires hace más de 6 años. Estudié Ciencias Políticas y estoy realizando mi tesis de Maestría en Intervención Social. Investigo y trabajo en políticas urbanas, especialmente en barrios populares, me gusta pensar y hacer talleres participativos y disfruto mucho el trabajo en equipo. Practico y oriento prácticas de vinyasa yoga y amo bailar salsa.
Lic. En Comunicación Social (UBA). Máster en Comunicación, Cultura y Ciudadanía Digital (Universidad Rey Juan Carlos y Media Lab Prado, Madrid) especialista en procesos de innovación democrática, gobierno abierto y comunicación política, con más de 10 años de experiencia en investigación, diseño y ejecución de políticas de gobierno abierto y estrategias de comunicación política.
Actualmente, está estudiando Relaciones Internacionales. Le gusta entrenar, leer y adora aprender cosas nuevas. Su estación favorita del año es el invierno y le gustan los dulces y postres.
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Vive en Reconquista, Santa Fe, pero es originario de Buenos Aires. Tiene 25 años y es estudiante de la Licenciatura en Periodismo en la Universidad Siglo 21. También estudió Programación en la UTN.
Estudiante avanzada de la Licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de San Martín. Se encuentra cursando las últimas materias de la carrera y redactando la Tesis de Investigación. Se confiesa muy emocionada de ser parte de Asuntos del Sur para experimentar este nuevo desafío.
Artista y gestora cultural. Magíster en Mediación Cultural (Universidad Nouvelle Sorbonne Paris 3). Doctoranda en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó como asesora de despacho de la Gobernación de Nariño y de la Alcaldía de Cartagena, Colombia, en la implementación de procesos de innovación pública.
Magíster en Ciencia Política por la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) y Licenciada en Ciencia Política por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Ha trabajado como consultora e investigadora para organismos internacionales, gubernamentales nacionales y Think Tanks nacionales e internacionales.
Politólogo de la Universidad de Buenos Aires, Máster en Mercados e Instituciones del Sistema Global y PhD en Políticas e Instituciones de la Università Cattolica del Sacro Cuore di Milano (Italia). Activista por los derechos de las personas LGTBI y docente de postgrado en la Universidad de Lanús (Argentina) y en la Alta Escuela de Economía y Relaciones Internacionales (Italia). Sus áreas de especialización son la integración regional latinoamericana, la geopolítica energética y las políticas públicas con enfoque de derechos.
Peruana, Coach Ontológico Profesional con especialización en educación emocional y estudiante del último año de la carrera de Relaciones del Trabajo – UBA. Trabaja como coach facilitando capacitaciones para emprendedores y negocios. Como pasatiempo, disfruta leer, hacer yoga y trekking y viajar.
Argentino, politólogo (UBA) e investigador en cuestiones de género y seguridad (ILSED). Amante de los viajes, los idiomas y el intercambio cultural.
Oriunda de Río Negro. Estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de San Martín, con tesina en proceso. Además, participa en asociaciones civiles de base comunitaria. En su tiempo libre, juega para uno de los equipos deportivos de la UNSAM.
Estudiante de Relaciones Internacionales en la UNSAM y Coordinadora General en Soft Power, un think tank de relaciones internacionales. Interesada por las cuestiones relativas a la vinculación entre el género y el libre comercio
Estudiante de Relaciones Internacionales en la UNSAM. Le interesan las cuestiones de género y desplazamiento forzado. Como pasatiempo, la literatura y el cine.
Estudia Ciencias Políticas (UNSAM) con tesina en proceso. En paralelo, estudia Relaciones Internacionales en la misma casa de estudios. Además, trabaja en la Fundación Metropolitana haciendo desarrollo institucional y contenidos y escribe informes sobre Ambiente en Politeia.arg. Como hobbie, dedica tiempo a danza jazz y comedia musical desde hace varios años, como también a talleres de lectura sobre diferentes temáticas.
Nació y creció en Bogotá (Colombia). En 2011 emigró a Argentina para continuar sus estudios. Actualmente, está cursando la Licenciatura de Relaciones Internacionales.
Es estudiante de Ciencias Políticas y Profesorado Universitario en Ciencia Política (UNSAM). Disfruta mucho viajar y le gusta leer, cocinar y hacer deporte.
Licenciada en Relaciones Públicas e Institucionales con una Maestría en Comunicación Política (Austral). Fue Directora Nacional de Relaciones Institucionales del Ministerio de Salud de la Nación y se especializó en el Ceremonial y Protocolo. Ama el running y viajar.
Actualmente cursando la Tecnicatura en Administración de Gestión y PyMEs y la licenciatura en Comercio Internacional. Atleta trans, fanática del ciclismo y activista de la inclusión deportiva.
Finalizando la Licenciatura en Comunicación Social con orientación en opinión pública y publicidad en la UBA. Becaria de la Nueva Escuela de Diseño y Comunicación. Se encuentra vinculada con las ONG desde el 2017.
Licenciada en Comunicación Social, experiencia de trabajo en OSC y en el Estado en temática de políticas públicas enfocadas en hábitat. Especializada en el diseño de metodologías participativas, facilitación de talleres, coordinación de grupos y acompañamiento en los procesos de diseño e implementación de proyectos. Docente de teatro en nivel secundario y actriz.
Lic. en Ciencia Política (UCA). Trabajó en el sector privado para diferentes multinacionales, en Escuelas de Negocio y tiene, además, experiencia en la función pública. Es docente universitario y secundario.
Jennifer Cyr es profesora asociada e investigadora de ciencias políticas y de los estudios latinoamericanos en la Universidad de Arizona. Además de estudiar la representación política y la democratización en América Latina, escribe sobre los métodos cualitativos y mixtos y el uso de los grupos focales en las ciencias sociales.
Directora de Arte e Ilustradora independiente. Artista autogestiva. Miembro activo de MEP (Mujeres en Publicidad), un colectivo de mujeres en busca de una industria publicitaria con perspectiva de género. www.jotaschneider.com
Lic. en Relaciones Públicas y Cs. de la Comunicación. Comunicadora en Bachillerato Popular Travesti Trans Mocha Celis. Activista por los DDHH LGBTIQ+. Transfeminista.
Politóloga por la UCB de La Paz con especialización en Gestión Equitativa por la USMP, Lima. Diplomada en IAP y Educación Superior. Trabaja en investigación, derechos políticos de las mujeres, paridad y alternancia, prevención de violencia contra las mujeres y presupuestos sensibles al género.
Dentro del tercer sector desarrolló todo tipo de tareas, profesionalizándose en la gestión humana y de comunidades de personas. Trabajó en temas relacionados a la educación, los derechos civiles y la responsabilidad social empresaria. Estudia idiomas y turismo para poder seguir relacionándose con personas de todo el mundo.
Licenciada en Comercialización. Ha prestado sus servicios como asistente de gestión académica del Programa Colegio de las Américas – COLAM de la Organización Universitaria Interamericana – OUI. Apoyo a los procesos de convocatoria, registro de estudiantes, monitoreo de inscripciones y pagos, coordinación del proceso de certificación y diplomación y producción de informes administrativos.
Periodista de Medellín, Colombia y estudiante de la Maestría en Comunicación y Criminología de la Universidad Nacional de La Plata. Trabaja en temas relacionados con la memoria histórica, la violencia y los derechos humanos. Participa en procesos de periodismo ciudadano por la memoria, así como en investigaciones sobre el mismo tema. Ha sido docente de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia.
Licenciada en Relaciones Internacionales (UCC); Técnica en Responsabilidad y Gestión Social (Universidad Siglo 21); Especialista en Políticas Públicas para la Igualdad en América Latina (CLACSO y FLACSO Brasil) y Magíster en Derechos Humanos y Políticas Públicas (UNED España). Se desempeña en los ámbitos de la cooperación internacional, el desarrollo institucional y la docencia.
Argentina. Lic. en Relaciones Internacionales (Universidad Católica de Córdoba). Maestranda en Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano (Universidad Nacional de Córdoba). Con experiencia en la coordinación y facilitación de talleres presenciales en América Latina, en tutorías de programas de formación virtual, y en el diseño de metodologías y la creación de plataformas colaborativas.
Licenciada en Ciencia Política por la Universidad de Buenos Aires, con una maestría en curso de Ciencia Política por la Universidad Torcuato Di Tella. Su trabajo se concentra en los derechos reproductivos de las mujeres y la participación ciudadana.
Abogada experta en violencia de género por la Comisión Nacional de Justicia de Género de Venezuela – TSJ y Magíster en Docencia para Educación Superior, Diplomada en Innovación Política, Derechos Humanos y Procesal Penal. Trabajó en el Poder Judicial en la competencia de Delitos de Violencia contra la Mujer en el Estado Zulia, Venezuela. Embajadora de Venezolanas Globales en Argentina; forma parte de la Red de Mujeres de Amnistía Internacional Venezuela y de la Red Feminista del Estado Zulia.
Licenciado en Ciencia Política de la UBA, con un amplio recorrido en comunicación digital y campañas políticas. Con formación en diseño audiovisual por su vocación para contar historias. Colaborador de la Federación Internacional de Racquetball.
Licenciada en Administración Gubernamental y Políticas Públicas por la Universidad de Guadalajara con especialización en temas de participación ciudadana, innovación política y combate a la corrupción. Actualmente es Maestrante en Politicas Públicas con enfoque en Gobiernos Locales y Rendición de Cuentas. Especialista en estrategias y herramientas de incidencia y construcción de Redes por EQUIS- Justicia para mujeres, Alternativas y Capacidades y la GIZ -Agencia del Gobierno Federal Alemán y en Contraloría Social y Sistemas Anticorrupción por el Colegio de Jalisco y el Comité de Participación Social de Estado de Jalisco.
Licenciada en Ciencia política por la Universidad de Buenos Aires. Magister en Administración Pública por la facultad de Ciencias Económicas de la UBA y Especialista en Educación y nuevas tecnologías por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Se desempeña hace más de 10 años en la educación en línea en diferentes organizaciones de la región.
Licenciada en Relaciones Internacionales (Universidad de San Andrés) y Mg. en Relaciones Internacionales Europa – América Latina (Universidad de Bolonia). Realiza una Maestría en Ciencias Sociales de Internet en Oxford Internet Institute (Universidad de Oxford). Especializada en innovación política y gobernanza de internet.
Politóloga por la Universidad Pompeu Fabra, especializada en género y juventudes. Máster Interuniversitario en Juventud y Sociedad, Universidad de Girona. Maestría en Administración Pública de la Universidad de Buenos Aires (en proceso de elaboración de tesis). Forma parte de la Red de Politólogas. Sus intereses de investigación se focalizan en los temas de género, juventudes y participación política.
Coordinadora de Gobernanza, Estado y Gestión del Observatorio de Políticas Públicas y Docente investigadora de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV). Asesora de organismos públicos nacionales y subnacionales. Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad del Salvador (Argentina) y especialista en Cooperación Internacional por la Universidad Nacional de San Martín (Argentina).
Coordina el programa de Innovación Pública 360 y es Digital Integrity Fellow del Open Tech Fund. Msc en Desarrollo Internacional (Universidad de Bristol). Fue investigador en tecnologías para la Vicepresidencia de Bolivia, PNUD y Fundación UNIR Bolivia. Ex becario Chevening.
Licenciada en Ciencia Política de la UBA, especializada en dirección y gestión de organizaciones sociales en UdeSA y docente en la UBA de la materia “el rol de las organizaciones de la sociedad civil en políticas públicas”.
Politólogo de la Universidad de Buenos Aires, MSc en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Oxford, MPA y PhD en Ciencias Políticas del Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences Po). Trabajó en el Woodrow Wilson Center, el Centro de Desarrollo de la OCDE y dirigió el Instituto Federal de Gobierno en Argentina. También es docente universitario e investiga sobre democracia, economía política y tecnopolítica.
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