Es necesario poner a la inteligencia colectiva en el centro de la toma de decisiones
Lo propuso el politólogo Matías Bianchi, durante su exposición en la Maratón ComPol 2021 que se desarrolla en Cipolletti. El también profesor de la Universidad de Arizona llamó a “promover una nueva forma de gobernar, para reconstruir los lazos de legitimidad de las democracias liberales”.
El politólogo Matías Bianchi llamó a “promover una nueva forma de gobernar y construir una hoja de ruta hacia una nueva gobernanza democrática, para reconstituir los lazos de legitimidad de las democracias liberales”. Para ello dijo “es necesario poner la inteligencia colectiva en el centro de la toma de decisiones” pues “estamos en una sociedad en transformación y la infraestructura que tenemos para gobernar, está diseñada para otro momento” histórico, afirmó.
Durante su exposición en la Novena Edición de la Maratón ComPol 2021 que se realiza en la Ciudad de Cipolletti, Rio Negro, titulada «Inteligencia colectiva para gobernar» Bianchi enfatizó “tenemos que innovar en política, porque ella “está aquí para ofrecer bienes públicos y transformar lo que tenemos que transformar” y si bien calificó como muy necesaria la incorporación de tecnología e Inteligencia Artificial al proceso de toma de decisiones públicas, consideró que ella “No es neutra, tiene sesgos” por eso “Los algoritmos y las plataformas, tienen que ser una discusión de la democracia”.
El también profesor de la Universidad de Arizona opinó que “estamos viviendo problemas híper complejos y enmarañados, wicked problems, que tienen efectos sistémicos en nuestras sociedades. La pandemia, el cambio climático, las crisis humanitarias producto de migraciones forzadas, el tráfico ilegal de estupefacientes, etc son desafíos que tienen características de complejidad e interrelación muy similares y que conectan desde niveles multilaterales hasta lo más comunitario” postuló el especialista.
“Vemos protestas en todo el mundo y los datos indican que nuestros líderes, están en los niveles más bajos de legitimidad, lo que nos muestra los desafíos que tenemos enfrente. Estamos ante transformaciones estructurales, y cambios profundos en la forma en la que nos organizamos como sociedad, en nuestras relaciones económicas, de comunicación, en nuestros vínculos humanos” definió.
Bianchi que además encabeza el centro de pensamiento Asuntos del Sur, sostuvo “Estamos ante fenómenos políticos para los que no estábamos preparados cuando se diseñaron nuestras instituciones” y comparó nuestra actualidad, con los procesos que vivió el mundo, durante la ruptura del medioevo.
Citando al filósofo y político ingles Thomas Hobbes, el académico hizo referencia a su obra Leviathán a la que definió como “una respuesta filosófica ante la transformación de una sociedad que salía del feudalismo y tenía que replantearse como se estructuraba ante una organización socioeconómica diferente: la emergencia del capitalismo, la propiedad privada y una nueva clase social como la burguesía”.
“Nos enfrentamos a problemas estructuralmente diferentes» expkicó. «Estamos viendo un capitalismo depredador que genera riqueza, pero al mismo tiempo niveles de desigualdad enormes, nunca antes vistos y no lo digo yo lo dice Thomas Piketty. Un capitalismo liderado por datos e información, plantea Shoshana Zuboff, una sociedad crecientemente líquida como señala Bauman (Zygmunt), que se organiza cada vez más en redes como dice Castells (Manuel) con poderes distribuidos. Una sociedad en transformación” cuya infraestructura de gobierno “está diseñada para otro momento” reseñó.
“Estados fiscalmente más débiles, como señalan OCDE y CEPAL. Por eso la crisis de los partidos políticos. Porque el poder ya no está ahí, ni en el Estado. Las empresas top ten en el mundo –graficó- tienen una capitalización bursátil más grande que Argentina, un país G20. Entonces surge el desafió ¿cómo volvemos a generar un pacto?”.
“Definitivamente tenemos que innovar. Joseph Schumpeter quien propuso el paradigma que se utiliza en innovación económica, decía que ella es el modo de supervivencia del capitalismo, que se reinventa con una mecánica de destrucción creativa: al surgir Netflix destruye lo que tiene enfrente, recuerden Blockbuster por ejemplo” afirmó.
“En política no nos podemos dar este lujo. La innovación política es ontológica, funcionalmente diferente y su objetivo es ampliar los derechos de la ciudadanía. Lograr que la gente viva mejor, en un pacto sostenible con el medioambiente y un modo de funcionamiento negociado, ese es el rol de la política” deslizó.
“Desgraciadamente –continuó- los paradigmas que tenemos en innovación pública responden al modelo shumpeteriano. El 75% de las iniciativas de la alianza global Gobierno Abierto por ejemplo, tienen que ver con transparencia y apertura de datos, pero Byung-Chul Han nos alerta en su libro La sociedad de la transparencia, que ese es un concepto anti político. Un viejo prejuicio del liberalismo, que enfrenta a una política mala y sucia, con una sociedad civil y un sector privado virtuoso y la realidad es que la política está aquí para ofrecer bienes públicos, para transformar lo que tenemos que transformar. No está mal ser transparente, pero tiene que ser una condición del ejercicio, no un fin en sí mismo” puntualizó Bianchi.
“Ciudades inteligentes –reveló- es un modelo que ha sido dominado exclusivamente por la revolución tecnológica, donde el mercado propone su mirada y soluciones tecnológicas ante problemas de trasporte, procesos administrativos, etc. que vienen en paquetes cerrados” sin ”preguntar ¿qué ciudad queremos vivir? ¿cómo la queremos construir? o que rol tiene nuestro entorno y comunidad en todo este proceso”.
“Como dice Han -soltó- la Inteligencia Artificial no es más que una acumulación de correlaciones, una mirada continua, permanente, ampliada y bien informada sobre datos y comportamientos. Pero es apática. Le falta alma, concepto y lo que amalgama las diferentes partes de una unidad: el conocimiento, el saber, que es analógico. En definitiva le falta política” por eso “proponemos poner la inteligencia colectiva en el centro del escenario y de la toma de decisiones”.
“Pierre Lévy –citó- dice que la inteligencia colectiva se apoya en que nadie sabe todo, pero todos sabemos un poco. Y lo vimos con la pandemia y el cambio climático: todos tenemos algo para decir y aportar. Ningún gobierno, institución o empresa, puede dar respuesta solitariamente a los problemas y desafíos que tenemos enfrente. Tenemos que tomar decisiones en base a la participación y el escrutinio de nuestra sociedad” planteó.
“En un artículo muy reciente que escribimos junto a unos colegas en el Journal of politics in Latin America” indicó “medimos los niveles de colaboración que tienen los distintos gobiernos en las Américas, para dar respuestas políticas concertadas a la pandemia y vimos que los gobiernos que buscaron mayor colaboración, son los que tuvieron menos muertes por millón de habitantes. Eso no hace pensar en ¿cómo se construyen consensos?”.
“Desde Asuntos del Sur -enunció- proponemos un modelo de inteligencia colectiva para el sector público, basado en cuatro elementos. El primero es comprender. Convocar a la ciudadanía para reflexionar sobre la complejidad y generar evidencia. Necesitamos estados inteligentes, que generen datos e información que muestren donde estamos parados y hacia dónde queremos ir”.
“Segundo hay que generar capacidades. Antonio Gramsci nos había alertado que para que una revolución sea exitosa, necesita ser una revolución cultural. Si queremos que el vínculo entre estado y sociedad sea diferente, necesitamos formar otro animal político, uno que trabaje con otras herramientas y metodologías” ilustró.
“El tercer punto –avanzó- es la incorporación de las tecnologías, porque nos ofrecen un exponencial único dada la cantidad de cosas que se pueden procesar y de personas que pueden participar a bajo costo y rápidamente”.
“Finalmente –concluyó Bianchi- hacen falta nuevos desarrollos metodológicos, trabajar de manera diferente. En definitiva, se trata de promover una nueva forma de gobernar y comenzar a construir, porque todo esto es muy incipiente, una hoja de ruta hacia una nueva gobernanza democrática, para reconstruir los lazos de legitimidad, el gran desafío actual de las democracias liberales”.
Fuente: Walter Darío Valdéz Lettieri