Este texto evalúa un conjunto de estrategias empleadas y propone nuevas acciones que pueden contribuir a profundizar el proceso de feminización política en la Región. La intención es evaluar las estrategias más eficientes; identificar cuáles han sido las condiciones que han contribuido a que se dieran mejores resultados con relación a la representación descriptiva (dado que iguales mecanismos de innovación, no siempre han generado resultados similares); identificar áreas de oportunidad donde se puedan construir nuevas estrategias que profundicen los avances respecto a los retos pendientes, y delinear una agenda de investigación, así como de acción política institucional y no institucional que esboce el camino a seguir para profundizar la transformación paritaria.
Los nuevos movimientos sociales que tuvieron éxitos más tangibles fueron los territorializados y los vinculados a cuestiones identitarias. Por su parte, los nuevos movimientos políticos que optaron por renovar las formas de la política representativa y la democracia recogieron, por lo general, éxitos tímidos. Con contadas excepciones, las plataformas de renovación política no consiguieron ser mayoritarias ni producir mejoras sustanciales en las democracias de la región latinoamericana, aunque sí reforzaron los valores democráticos. Por el contrario, las fuerzas de extrema derecha, el establishment político y el propio mercado, consiguieron capturar parte del espíritu y las narrativas de los nuevos movimientos sociales.
Se analizan los mecanismos de participación ciudadana, su relación con la formación de la opinión pública y su combinación con otras instituciones de la democracia representativa buscando responder: ¿por qué el funcionamiento de las instituciones de participación ha sido mayoritariamente deficitario? ¿Es un problema de malos diseños institucionales y/o de expectativas infundadas? ¿Qué criterios se deberían utilizar para medir su desempeño? ¿Qué aportan? ¿Cuáles y cómo deberían regularse? Se propone una noción de ecologías de la participación que, en lugar de poner en competencia distintas instituciones participativas, explore cómo podrían articularse y qué condiciones deberían cumplir para fortalecer la democracia.
La dependencia de los países periféricos especializados en exportar bienes primarios, como fuente preferente de financiamiento de sus economías condenaría a dichos países a la pobreza. Es decir, serían pobres justamente porque son “ricos” en recursos naturales. Sus economías y sociedades terminan atrapadas en una lógica perversa conocida como “maldición de la abundancia”, que genera múltiples patologías: debilidad de mercados internos, provocada en especial por bajos ingresos, enormes desigualdades en la distribución de la riqueza y una pobreza que afecta a amplios sectores marginados; heterogeneidad estructural de un aparato productivo que combina sectores atrasados y modernos escasamente encadenados entre sí y con las actividades de exportación; falta de una adecuada integración entre las diversas regiones de cada país, consolidación de una colonialidad del poder, del ser y del saber. Pero, sobre todo, se manifiesta en elevados niveles de autoritarismo, violencia y corrupción, como limitantes estructurales para la profundización de la democracia.
El debate sobre el derecho fundamental a la privacidad de las personas recupera aire en un contexto en el que buena parte de los recursos estratégicos de los países para lidiar con la pandemia implican invasiones a la privacidad inadmisibles en otra coyuntura. Este artículo recorre la larga trayectoria del debate sobre la intimidad y la tensión abierta entre derecho a la privacidad con la seguridad y la salud pública, revisita debates sobre la biopolítica y el control de los cuerpos y recupera conceptos centrales de derechos humanos para empezar a delinear la reconstrucción en materia de derechos civiles y políticos más allá de la pandemia.
Las comunidades afrodescendientes han afrontado un patrón histórico de racismo estructural, que ha propiciado múltiples condiciones de injusticia social, racial, de género y ambiental, que en el escenario de covid-19 se ha recrudecido. Este artículo analiza y ofrece una reflexión sobre los impactos diferenciales que ha traído consigo la pandemia sobre los cuerpos, vidas y territorios racializados, pero también las iniciativas que desde abajo se han constituido para brindar una respuesta desde y para la región del Pacífico colombiano, propiciando de esta manera, un enfoque de trabajo colaborativo y participativo entre diferentes sectores.
Aunque la emergencia sanitaria puso en evidencia los problemas estructurales existentes en Argentina, también habilitó una ventana de oportunidad para prácticas de gobernanza colaborativa. En este marco, ¿cuáles son las características que adquieren los procesos de coordinación entre los municipios? Este trabajo ofrece reflexiones sobre el tipo de formalización (formal e informal) que se dio en el marco de la pandemia entre dos municipios argentinos: Tres de Febrero y San Martín.
Towards converging multilateralism in Latin America during pandemic times.
The covid-19 pandemic broke out in the midst of an international (dis)order. Unfortunately, in Latin America there was no concerted action in response to the threats of the pandemic. These threats highlight the need to renew or give impetus to another style of multilateral, collaborative governance that involves the participation of different levels within it, as well as different types of actors. A 3M governance: multilateral, multilevel and multistakeholder.
Este policy paper evidencia cómo se han pronunciado las vulnerabilidades para la población afrocolombiana en el contexto de pandemia, caracterizado además por un recrudecimiento de la violencia. Frente a esta situación, son las propias comunidades las que han tenido que proponer soluciones al truncamiento de sus proyectos de vida. Asimismo, se hace un llamado de atención sobre la necesidad de priorizar un enfoque diferencial en el manejo de la crisis.
El trabajo analiza los principales desafíos de gobernanza que surgieron en cuatro municipios del Conurbano bonaerense en Argentina: San Martín, Tres de Febrero, Avellaneda y Quilmes. Además, se identifican en ellos instancias de gobernanza colaborativa multinivel, horizontal y público-privada.