Paraguay, no me mates

[author] [author_image timthumb=’on’]https://asuntosdelsur.org/wp-content/uploads/2019/09/Ramon.jpg[/author_image] [author_info]Autor: Ramón González, desde Buenos Aires.[/author_info] [/author]

Foto: Leo Cáceres

Hace días que me entraron unas ganas terribles de poder estar en Paraguay en estas fechas. El 30 de Septiembre se conmemora el día nacional del orgullo LGTBIQ+ y este año se cumplen 16 años de marchas LGTBIQ+ ininterrumpidas y realizadas en Asunción – Capital y desde hace un año se logró expandir la misma posibilidad a otras partes del país, como Encarnación y Coronel Oviedo, gracias al grupo Diversxs que empezó a organizar a lxs chicxs para hacer un sueño realidad: contar con una marcha propia.

Cada marcha se considera una conquista y más aún en estos lugares que se realizan por primera vez, como el caso de Hernandarias, que éste año se sumó a tener su primera marcha LGTBIQ+. La misma fue convocada por el grupo Diversxs, con el apoyo de varias organizaciones que luchan por los derechos LGTBIQ+, como Amnistía Internacional, Repadis, It Gets Better Paraguay, Ñepyru y SomosGay, entre otras.

LOS PREPARATIVOS. En un grupo de Whatsapp que tengo de It Gets Better Paraguay -organización de la cual soy miembro fundador-, vi cómo estaban organizando el viaje, esta vez, desde Asunción hasta Hernandarias para poder acompañar el evento. Los veía preparando banderas multicolores, carteles, globos, plumas y lentejuelas, pero sobre todo los veía con mucha alegría de poder ser parte de esta primera marcha por la igualdad de derechos. En esos momentos mis ganas de estar allá obviamente se dispararon.

El día sábado fue la 16º Marcha LGTBIQ+ en Asunción. En resumen, un éxito rotundo, lxs chicxs bailaron cantaron se vistieron como quisieron, caminaron por las calles de Asunción con sus parejas, ante la vista de todos, fueron libres por algunas horas y esa libertad en Paraguay se paga con oro. Algunos de lxs chicxs viajaban por la noche luego de la marcha para llegar al amanecer del domingo a Hernandarias.

El domingo desperté y leí que ya habían llegado a destino y estaban preparándose para salir a marchar y pasar un día hermoso, con un sol prometedor. Pasado el mediodía se largó la marcha por la avenida costanera, las calles estaban coloridas, con jóvenes bailando y cantando, soltando frases como “¡Somos más que 108!”, “¡Dictadura nunca más!” y caminando pacíficamente. La idea era hacer un pequeño recorrido hasta llegar al escenario que se había preparado para disfrutar de varios shows artísticos. Nos llegaban las primeras fotos y videos la marcha estaba en pleno auge, realmente moría por estar ahí.

EL ATAQUE. Al cabo de unas horas de iniciarse la marcha, empezaron a llegar al grupo, un cúmulo de mensajes: “nos acorralaron”, “llamen a la policía, nos atacan”, “hay heridos”, “tienen armas”, “cobardes que no dan la cara”… Al principio no se entendía nada, todo era confuso. A estos mensajes se le sumaban videos, uno tras otro, uno más fuerte que el otro, pero estos videos -a diferencia de los primeros- ya no tenían colores sino sangre y mucha violencia. Cada vez que los vuelvo a mirar me pongo mal, me llena de impotencia saber cómo en un segundo tanta alegría se convirtió en miedo, terror, pesadilla y cómo las banderas multicolores que tanto simbolizan para nosotros eran mutiladas y prendidas fuego por gente con cruces y biblias en la mano. No lo puedo entender.

Los videos mostraban a nuestros compañeros corriendo de un lado a otro, escondiéndose, refugiándose como podían: “Que te pasó Marcos [herido], nos están atacando”, “boludo, casi nos atropellan [se ve a una camioneta pasar a toda velocidad]”, “nos están amedrentando con bombas para que nos vayamos, pero no nos vamos a ir”, “hay dos heridos, nos están tirando piedras, frutas, huevos y la policía no hace nada”. Los miraba atónito, sin poder hacer nada desde acá más que publicar en mis redes y así lo hice para calmar la angustia.

Del otro lado, un gran “muro” de telas unidas -que luego me enteré que le llamaron “El Sabanazo”- desde donde se escondían cobardemente estos autodenominados “provida”, para arrojar sin que nadie los vea, explosivos, huevos, piedras y otros objetos contundentes que tenían a mano. Me pregunto si más que “provida” no deberían llamarse “pro-odio”, porque realmente lo que hicieron no puede ser otra cosa que producto de un odio falsamente justificado por sus creencias religiosas. No sé qué puede haber más horrible que empuñar a una religión para hacer uso y abuso de su adoctrinamiento.

Según relataron lxs compañerxs, fueron rodeados primero en el escenario, provocando que los mismos tengan que refugiarse en algunas casas cercanas, negocios o donde se podía por miedo de los ataques y además porque veían a varios hombres con armas blancas y hasta de fuego. Desde sus refugios, veían a los y las “pro-odio” con una cruz en una mano y una piedra en la otra, rodeando la vivienda y exigiendo que se retiren de la zona, en todo momento justificando su accionar con la falsa idea de protección de la “vida y la familia”.

La imagen es muy clara, mujeres y hombres adultos tirando piedras a personas que exigían sus derechos, al costado, sus hijos e hijas mirando y aprendiendo. Conclusión: ¡Qué mal que estamos Paraguay!. ¿Qué es lo que estxs niñxs y jóvenes pueden aprender de estos actos violentos? ¿Qué la vida y la familia se puede proteger promoviendo el odio y la intolerancia? ¿Quién tiene la culpa de estos hechos?

EL RESPONSABLE. El grupo de organizadores de la marcha hace públicamente responsable de las agresiones recibidas al intendente de Hernandarias, Rubén Amancio Rojas, quien días anteriores firmó una polémica resolución por la cual prohibía la marcha y luego salió a decir que si se podía marchar ¿Fue una trampa?. La organización considera que ese documento al ser avalado por el propio Estado, incitó al odio que desembocó en éste atropello y varios heridos. También denunciaron el hecho de que la Policía Nacional local jamás tomó las precauciones necesarias para proteger a las personas LGTBIQ+ que estaban marchando, sino que prácticamente los dejaron ser atacados.

Leo Cáceres, uno de los fotógrafos activistas que estaba cubriendo la Marcha, mandó este mensaje al grupo: “Hay que prepararnos, unirnos y ser más fuerte que nunca, porque ellos no nos olvidarán y les prometo que el año que viene será peor y no es por ser pesimista pero yo vi a tipos con armas frente a los polis que no hacían nada, es una vergüenza todo lo que pasó, cómo nos atacaron, qué mal la pasamos, la impotencia me tiene en la mano, una pena que esta gente le enseñe a sus hijos a tirar piedras, amenazar y a demostrar tanto odio hacia otras personas”

Los organizadores de la marcha, al principio, estuvieron negociando con la policía, pidiendo que se respete la realización de la marcha y que puedan brindar seguridad para poder realizar los actos, pero ante el ataque masivo y el poco personal policial, tuvieron que sacar en sus patrulleros por grupos a las personas, hasta el bus y poder trasladarse a un lugar seguro sin que haya más heridos que lamentar.

LA IGLESIA. El padre Jorge Miguel Martínez, de la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Hernandarias, fue uno de los que celebró la medida de la municipalidad y justificó lo ocurrido mediante un video que lo subió a la cuenta de Facebook de la misma Iglesia: “Apoyamos plenamente a nuestras autoridades en la conservación de los principios culturales cristianos más preciados para nuestro pueblo…Hoy un grupo LGTB organizó una marcha para exigir lo que ellos consideran derechos, ante eso, un grupo de ciudadanos hernandarienses decidieron manifestarse también, utilizando el derecho de la manifestación prevista en la constitución nacional que lo llamaron El Sabanazo, para tapar aquello que es vergonzoso de la vista de niños y jóvenes por el exhibicionismo que suele producirse en este tipo de eventos y hubo un tercer grupo de manifestantes los pobladores del lugar que estaban hartos de este tipo de cosas los cuales se excedieron un poco en sus reacciones…La violencia injusta es ciertamente reprobable…pero hay una violencia muchísimo más grave que es la violencia contra la verdad, querer elevar a derecho lo que está mal, el pecado, lo que es un atentado a la ley natural…El pecado nunca va a ser un derecho”.

EL MENSAJE. Lo que empezó como un gran día para muchos, terminó de la peor manera posible. Afortunadamente todxs las personas heridas ya fueron atendidas y se podrán recuperan físicamente, pero el ataque psicológico que sufrieron no lo van a poder olvidar jamás, sobre todo lxs voluntarixs que participaban por primera vez en la vida de una marcha. Ahora, no sabemos si van a querer volver a marchar, pero lo que estamos seguros es que nosotros -desde el lugar que nos toque estar-, vamos a seguir marchando y alzando las voces por ellxs y por todxs aquellxs que no pueden, por quienes tienen miedo, por los y las que sufren en silencio. Queremos decirles a esas personas que todxs tenemos miedo y más aún después de lo que pasó, pero no estamos solos, somos cada vez más lxs que exigimos un mundo mejor, más igualitario e inclusivo para todxs. Ojalá en Paraguay algún día podamos acceder a todos nuestros derechos que, hasta ahora, en pleno siglo XXI, año 2019, nos lo siguen negando y de la peor manera.

Si me preguntan si sigo queriendo estar en Paraguay en estas fechas….les diría que sí, pero también debo confesar que me invaden muchos otros sentimientos de impotencia, rabia, angustia, terror, mucho miedo de volver, pero también unas ganas tremendas de estar allá acompañando a mis compañerxs para gritar juntos al mundo: ¡Paraguay no me mates!

*Texto dedicado a todos los compañerxs que hoy arriesgaron sus vidas y su integridad física por querer hacer de Paraguay un lugar mejor para todxs.