Los principales desafíos de la tecnología como herramienta para el aprendizaje colaborativo
Por María José Barlassina, Coordinadora General de la Academia de Innovación Política
La aparición de metodologías formativas utilizando recursos tecnológicos, las redes sociales, las tecnologías de comunicación y las “nuevas competencias” están provocando entornos en constante cambio y donde es necesario adaptar los espacios formativos para que sean accesibles a la ciudadanía en general.
El nuevo contexto postpandemia genera un momento propicio para formar a la ciudadanía en el desarrollo de habilidades socioemocionales y el aprendizaje sobre los distintos mecanismos que le permitan contribuir con la sociedad. La tecnología para la transformación educativa es fundamental, principalmente, por tres razones.
En primer lugar, porque la tecnología está cada día más presente en el mundo y, sólo a través de su uso, las personas pueden desarrollar sus habilidades digitales. Además, las nuevas generaciones son partícipes de esta revolución tecnológica, crecen con tecnologías y, por ende, éstas son ya parte integral de su contexto educativo.
En segundo lugar, porque la tecnología democratiza el acceso al contenido y la instrucción, al romper barreras como la escasez de docentes o tutores/as o la ubicación geográfica. En otras palabras, permite el aprendizaje en todas partes y en cualquier momento.
Y, en tercer lugar, porque -usada de forma correcta- la tecnología fomenta el aprendizaje personalizado y activo, da continuidad al aprendizaje fuera de los contextos formales como así, también, facilita el desarrollo de nuevas competencias y habilidades afines a las necesidades del mundo de hoy y del futuro (Diálogo Interamericano, 2019).
A partir del recorrido hecho con la Academia de Innovación Política (AIP), hemos problematizado el proceso de aprendizaje y enseñanza, dejando de lado el modelo verticalista, en el cual el rol del docente o tutor/a cumplía un papel central. En este último modelo, queda sesgada la generación de nuevos liderazgos, al colocar al participante como simple espectador/a o receptor/a del conocimiento. En cambio, el modelo de enseñanza y formación de la AIP promueve el aprendizaje entre pares y en comunidad, siendo más propicio para generar nuevos liderazgos horizontales, circulares, que se involucran con los saberes de sus comunidades y que se adaptan a las nuevas realidades y contextos.
Los cursos que desarrollamos desde la AIP poseen ciertas características comunes desde el planteo de las actividades de evaluación y desde el aprendizaje progresivo y colaborativo:
- Actividades individuales y colaborativas dentro de las unidades temáticas referidas al seguimiento académico.
- Talleres de aplicación práctica.
La metodologías propuestas para los talleres de aplicación práctica son, generalmente, dinámicas que se aplican en talleres presenciales y que fueron repensadas y reconstruidas para la dinámica y estrategia pedagógica de la educación en línea de los cursos de formación de la AIP. Por lo cual, estas metodologías, también, parten de una construcción colectiva de saberes que arrojan, como resultado, dinámicas de trabajo colaborativo muy interesantes y, a la vez, desafiantes.
En este modo de generar el conocimiento y de aprender haciendo con otros/as reside, también, la mayor motivación por parte de los/as participantes, quienes otorgan un significado a los contenidos y tareas sobre las que trabajan, ya que son cuestiones y problemas significativos para ellos/as en sus comunidades. Es allí donde radica la importancia de apoyar, desde nuestro espacio de formación, para continuar el legado del fortalecimiento de las democracias en América Latina.
Desde Asuntos del Sur estamos comprometidos/as con la transformación de nuestras democracias, a través de la formación de los liderazgos de la región. Es por ello que, en los próximos meses, lanzaremos nuevos programas de capacitación orientados a la formación de funcionarios/as, líderes y lideresas sociales; trabajando incansablemente junto a las gobernaciones locales de Latam para profundizar los procesos de gobernanza colaborativa. El objetivo es brindar herramientas y metodologías de gestión y cocreación a los procesos de políticas públicas y propiciar la colaboración en los ámbitos cívico- políticos.
El ambiente virtual de aprendizaje aplicado por la AIP reúne características que son especialmente poderosas para la colaboración, tales como su interactividad, ubicuidad y sincronismo. Transitar por estas experiencias, donde se combinan la práctica y la teoría, permite a los/as participantes conocer distintas herramientas para la aplicación de proyectos con una mirada interseccional, multicultural e inclusiva. La construcción del conocimiento logrado en los talleres de aplicación práctica permite, a los futuros liderazgos, adquirir nuevas habilidades y saberes desde las prácticas del otro/a, con una visión de valor social-público.
Fuente: nota publicada en Zona Docs