La importancia de la experimentación en la innovación pública
Por Trinidad Reynoso, Asistente en Innovación Pública 360
En una nueva edición del ciclo de diálogos Al encuentro con Minerva, conversamos con Aura Cifuentes, referente de innovación pública en América Latina, sobre los desafíos a la hora de innovar el sector público. En esta oportunidad, dialogamos sobre la importancia de pasar de una mentalidad tradicional hacia una lógica de la experimentación para lograr transformaciones profundas y que realmente puedan tener incidencia en la resolución o acercamiento a verdaderas soluciones para las comunidades.
El sector público suele verse como una estructura altamente burocrática, muy lenta y alejada de las necesidades de la ciudadanía. Si bien no es un reflejo preciso de la realidad, lo que es cierto es que otras esferas de la sociedad, como el sector privado, suelen avanzar en temas de innovación a ritmos mucho más acelerados. Esto se debe a dos problemas importantes: la falta de entrenamiento y la existencia de barreras. Los desafíos de la innovación no podrán comprenderse en su totalidad si no se capacita a los actores del sector público, naturalmente, pero, además, hay impedimentos en el uso de los fondos públicos que limitan la capacidad de experimentación.
Aura considera la experimentación como estrategia primera para superar barreras y repensarla vieja concepción del ciclo de las políticas públicas, en un modelo de fases incremental, de constante experimentación y retroalimentación. Para realizar esta transformación, Aura establece tres principios fundamentales:
- En primer lugar, es de vital importancia contar con una experimentación iterativa, lo cual implica una evaluación constante y permanente de nuestros proyectos. En efecto, lograr ciclos de iteración rápidos permite ajustar y afinar nuestro proyecto en línea con las necesidades de la comunidad y evaluar si estamos cumpliendo con lo que teníamos de supuesto.
- En segundo lugar, es fundamental utilizar datos y evidencia empírica a la hora de diseñar e implementar. A través de la experimentación iremos probando si el supuesto “A” funciona; de no ser así, se documentará y se pasará a “B” para construir basándose en evidencia. Esta gestión del conocimiento es vital para generar proyectos que tengan impacto y se amolden a las necesidades de la comunidad.
- En tercer lugar, es vital comprender que la ciudadanía no es solamente una receptora de las políticas; debe cumplir un rol más activo, a través de estrategias de co-creación, para construir junto a la comunidad. Como los ciudadanos y ciudadanas son los usuarios de las políticas creadas, ellos no deben ser solo validadores; deben aparecer en todo el proceso de creación e implementación.
A través de estos principios podremos cambiar la forma en la que se diseñan, implementan y evalúan las políticas públicas. En palabras de Aura Cifuentes, lo que buscamos hacer es “cambiar comportamientos, visiones y tener una mentalidad que innove. Para ello, es fundamental el reconocimiento de los errores, debemos poder cometer errores pequeños, focales y rápidos que podamos probar y testear”.
¿Qué destacamos, entonces?
Desde IP360, decidimos impulsar un modelo de intervención que apuesta a procesos de articulación, transferencia de conocimientos, intercambios y generación de una comunidad de agentes de innovación que no le tengan miedo a iterar y a experimentar. Para ello, la inteligencia colectiva es la herramienta central que permite dinamizar la agenda de innovación pública a nivel local. Con IP360 buscamos conocer el territorio y sus comunidades; fortalecer las capacidades de los actores intervinientes e incidir en los ecosistemas locales de innovación para que los procesos se vuelvan sostenibles y logren, verdaderamente, dar respuesta a los retos planteados por la ciudadanía.