El COVID-19 trajo consigo a uno de los mayores desafíos de gestión pública nunca antes vistos para autoridades y funcionarios/as de gobierno. De acuerdo a las proyecciones, si los gobiernos no intervienen, en promedio, el 60% de la población podría llegar a infectarse.
Se han prendido todas las alarmas en las democracias de la región. El 2019 se consolidó como el año de mayor emergencia de gobiernos con tendencias autoritarias y represivas, y en consecuencia, también como el año de más estallido social. Ante este escenario, las fuerzas que defienden a la democracia deben reorientar sus estrategias, herramientas y formas de acción.
Es por ello que Asuntos del Sur y el Laboratorio de Seguridad de la Fundación Chile 21 realizaron este estudio basado en entrevistas y encuestas a activistas de la Región para poder entender los peligros que enfrentan, sus percepciones y los desafíos que se les presentan.
La confianza en las instituciones de las democracias liberales ha declinado en las últimas décadas (Donovan y Bowler 2004), y, en Latinoamérica en particular, está en su nivel más bajo desde el año 2003 (Latinobarómetro, 2017). Esta falta de confianza es el resultado, y al mismo tiempo causa, de la actual “recesión democrática” que sufren las democracias liberales alrededor del mundo (Diamond, 2016), en tanto ésta afecta la capacidad de acción de las instituciones y sus líderes. Por tanto, restaurar la confianza en las instituciones se ha convertido en uno de los retos más urgentes para las democracias del siglo XXI.
La confianza no solamente está basada en la evaluación de los resultados de las políticas, sino también en si los ciudadanos sienten que son parte activa del proceso de creación de las mismas. En este contexto, la agenda del gobierno abierto propone una revolución en las relaciones Estado – sociedad, al colocar los principios de transparencia, participación y co-creación en el centro del proceso de toma de decisiones. Es por ello que esta agenda representa una potencial oportunidad para restaurar la confianza y, mediante esto, de mejorar la calidad de nuestras democracias (OGP, 2017). Lamentablemente, aún no se cuenta con evidencia empírica que muestre si esto está realmente sucediendo.
El presente trabajo indaga si las iniciativas de gobierno abierto están efectivamente mejorado la confianza en las instituciones. Para poder entender cómo opera la confianza en instituciones, el trabajo se apoya en antecedentes de gobierno electrónico, literatura que ya ha estudiado el tema. Adicionalmente, el presente estudio pretende resaltar si estas iniciativas lograron que más organizaciones de la sociedad civil participen en procesos de colaboración con sus gobiernos. Finalmente, el documento muestra estrategias innovadoras que están siendo utilizadas por los gobiernos para sortear obstáculos en la implementación de políticas de gobierno abierto, tanto internos como externos.
Para responder a estos interrogantes, la investigación se centra en experiencias de América Latina, una de las regiones más avanzadas en lo que a gobierno abierto se refiere, pero que históricamente sufre de bajos niveles de confianza en las instituciones públicas. El trabajo estudia experiencias de gobiernos subnacionales debido a que estos pueden generar y adoptar de mejor manera el gobierno abierto, dada su proximidad al ciudadano de a pie y su tradición de políticas participativas. Se han tomado nueve casos de estudio: la ciudad de Buenos Aires (Argentina), Jalisco (México), Montevideo (Uruguay), Nariño (Colombia), San Isidro (Perú), Santa Fe (Argentina), Sao Paulo (Brazil), Quito (Ecuador) y Xalapa (México). Dada la reciente implementación de iniciativas de gobierno abierto, muchas de las fuentes usadas en el estudio son primarias: se llevó a cabo un cuestionario distribuido a miembros de la sociedad civil con participación activa en iniciativas de gobierno abierto en los lugares mencionados; un análisis de las conversaciones de Twitter con cuentas oficiales de los gobiernos; y se realizaron entrevistas en profundidad a funcionarios gubernamentales y líderes sociales.
El documento pone de manifiesto que los impactos de las iniciativas de gobierno abierto en la confianza en las instituciones han sido mixtos. Por una parte, las iniciativas son recientes y las organizaciones de sociedad civil involucradas en la política gubernamental son escasas. Es así que, en este estadío inicial, es imposible observar un impacto generalizado en la confianza ciudadana. De cualquier manera, la evidencia muestra que la confianza en las instituciones se incrementa de forma dramática entre las organizaciones participantes de iniciativas de gobierno abierto, y sus lazos con sus gobiernos se han fortalecido. La mayor interacción con funcionarios públicos ha sido la clave para el incremento de la confianza entre los gobiernos y la sociedad civil. Los líderes sociales sienten que pueden influenciar la elaboración de políticas públicas gracias a una interacción sostenida con sus gobiernos, a través de plataformas, redes sociales y espacios participativos. De la misma manera, la apertura de espacios de trabajo colaborativo ha convertido a organizaciones sociales individuales en colaboradores activos para políticas innovadoras. Por último, estas organizaciones se han convertido en “intermediarios de confianza” (trust brokers) entre los gobiernos y amplios sectores del público: comparten la información al público; convencen a organizaciones reacias a trabajar con el gobierno, de tomar parte en las políticas públicas; e incluso, algunas veces, defienden políticas gubernamentales.
El mismo está dividido en tres partes: en primer lugar se presenta una revisión del debate alrededor de la confianza en las instituciones y el rol del gobierno abierto en relación a la misma; esta sección contiene asimismo la aproximación conceptual y metodológica de la investigación. En la segunda sección se presentan los hallazgos empíricos acerca de cómo las iniciativas de gobierno abierto ayudan a construir confianza en el público mediante la mejora de interacción entre el Estado y la sociedad. Mostramos cómo funciona el proceso de construcción de confianza en los casos de estudio, mediante los mecanismos de participación deliberativa, confianza basada en expectativas y confianza basada en procesos. Finalmente, se describen los principales obstáculos que afrontan los gobiernos al implementar iniciativas de gobierno abierto y se identifican algunas acciones innovadoras para abordarlos.
El Gobierno Abierto (GA) se ha convertido en una estrategia altamente factible para la creación de nuevas políticas y estrategias para la seguridad ciudadana. La participación ciudadana permite un diálogo nutrido,así como la posibilidad de crear soluciones creativas e innovadoras.
Tomando en cuenta esa línea analítica, el equipo de InnovaPolíticaLatam realizó un estudio de iniciativas en seguridad ciudadana en 9 casos de niveles subnacionales en América Latina. Este trabajo fue realizado gracias al generoso apoyo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Los gobiernos locales son el espacio natural para el desarrollo de la agenda de Gobierno Abierto. A partir a la cercanía con los ciudadanos y la creciente descentralización experimentada las últimas décadas, los gobiernos subnacionales se han vuelto arenas clave desde las cuales definir el desarrollo y la creación de las principales políticas públicas en materia de salud, educación, justicia, infraestructura básica y seguridad ciudadana. Es por ello que proveer de herramientas para aumentar la transparencia, la participación y la co-creación tiene un potencial muy importante para mejorar la calidad del sector público y la democracia en América Latina.
Este trabajo propone un análisis sobre los alcances, desafíos y mejores prácticas a partir de experiencias concretas de implementación de Gobierno Abierto en niveles intermedios y locales en la región. A su vez, sistematiza las agendas de los organismos multilaterales en relación a la temática. Este trabajo fue realizado gracias al generoso apoyo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Agendas de innovación política en América Latina
Las democracias de América Latina han mostrado durante los últimos años una creciente distancia entre política y sociedad. Las instituciones políticas, además, muestran bajos niveles de legitimidad social. La explicación que la ciencia política tradicional ha dado acerca de este fenómeno ha recaído principalmente en los retrocesos de la participación formal y lo que llama recesión democrática. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando observamos a las transformaciones sociopolíticas que suceden más allá de las instituciones políticas?
Desde #InnovaPolíticaLatam buscamos generar recursos para el debate abierto, la creación de iniciativas y capacitación de líderes para lograr fortalecer los lazos democráticos en nuestras sociedades. Con este fin y a partir de la información recabada como parte de un trabajo realizado para la Organización de Estados Americanos publicamos en la Revista Eletrônica de Ciência Política en diciembre de 2016 el artículo “Transformaciones de la participación política en América Latina”.
COORDINACIÓN
Matías Bianchi, PhD. | Director y Fundador de Asuntos del Sur.
Betilde Muñoz-Pogossian, PhD. | Directora del Departamento de Inclusión Social, Secretaria
de Acceso a Derechos y Equidad (OEA).
Roberto Rojas Dávila, LL.M. | Jefe de la Sección de Grupos Vulnerables del Departamento de
Inclusión Social (OEA)
EQUIPO DE PUBLICACIÓN:
Juanita Francis Bone, activista.
Ignacio Lara, PhD.
Ramón González, Periodista (Maquetación y diseño)
En el marco de la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA por el “Día Internacional de Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud y la Trata Transatlántica de Esclavos”, presentamos aquí el documento que es fruto del vínculo estratégico entre el Departamento de Inclusión Social de la Organización de los Estados Americanos y Asuntos del Sur.
Durante gran parte del siglo XXI América Latina ha tenido un crecimiento económico que ha permitido la reducción de la pobreza, el aumento de la calidad de vida, acceso a mejores empleos y salarios, mejoras en la educación, salud y acceso a nuevas tecnologías –produciendo mejoras sustanciales en el desarrollo humano.
Si bien este proceso se habría visto estancado en los últimos años, es posible resaltar que, mientras en el año 2002 la pobreza alcanzaba al 43,9% de la población, hacia el 2014 ésta sólo afectaba al 22,2%. Por su parte, la indigencia (pobreza extrema) disminuyó de forma sostenida pasando del 19,3% al 11,8% en el mismos arco temporal. Estas tendencias, por citar sólo algunas, contrastan con lo ocurrido durante los 20 años anteriores, cuando la desigualdad había aumentado en la mayor parte de América Latina.
A pesar de este crecimiento en la región, no podemos desconocer la realidad de la discriminación sistémica que sufren grupos étnicos y, en este sentido, se plantean diversos interrogantes: ¿Qué significado cobra, en el actual contexto político y económico, la declaración de Naciones Unidas sobre el Decenio Internacional para los Afrodescendiente y el Plan de Acción Regional de la OEA? ¿Qué significa ser mujer afrodescendientes en la región? ¿Cómo se establece la relación entre las comunidades afrodescendientes y la institucionalidad en sus territorios? ¿Aporta la cooperación internacional y la institucionalidad estatal al fortalecimiento de las comunidades afrodescendientes? ¿Son suficientes las nomenclaturas multiétnicos y pluralistas cuándo esta pareciera no trascender en políticas públicas específicas?
Este trabajo representa, en la actualidad, el ejercicio de reconocer actorías, tomar perspectivas cualitativas desde contextos diversos de la población afrodescendiente en América Latina y el Caribe, los motivos por los cuales se organizan, la construcción y deconstrucción de paradigmas alrededor de la población joven y las mujeres, su relación con el Estado en todas las dimensiones, la articulación con los pares, y el modo en el cual van identificando los pasos a seguir.
¿Cómo formamos a nuestros líderes en América Latina?
El mundo se encuentra en transformación. Nuestras sociedades están experimentando una triple revolución digital (internet, celulares y redes sociales), las economías son más interdependientes, se han agudizado la degradación ambiental y el cambio climático, el consumo se intensifica al mismo tiempo que emergen nuevos modelos productivos.
Desde Asuntos del Sur nos planteamos que para llevar a América Latina hacia una posición de oportunidades en este mundo en transformación, se requiere un liderazgo innovador que pueda resolver viejas y nuevas problemáticas, aprovechando las nuevas herramientas y conocimientos de la sociedad actual. Reflexionando sobre los liderazgos nos planteamos: ¿Cómo formamos actualmente a los líderes políticos y sociales en América Latina?, ¿estamos formando los líderes que necesitamos?, ¿qué cambios deberían darse para formar liderazgos que renueven las relaciones entre estado y sociedad?.
Para responder las preguntas planteadas más arriba, realizamos un mapeo de 165 programas de formación a líderes políticos y sociales e hicimos entrevistas a diversos expertos de la región. Los resultados nos advierten de una escasa orientación de la formación de líderes en innovación, la existencia costos altos y brechas de acceso. Estos y otros resultados los plasmamos en el informe Liderazgos para el Siglo XXI.
Las innovaciones en las tecnologías de organización y comunicación hacen necesario debatir qué prácticas sociales y políticas queremos para el siglo XXI y qué características tendrá la ciudadanía que las protagonice. No es un proceso fácil ni que pueda tomarse a la ligera. Estamos ante el surgimiento de una ciudadanía con nuevas capacidades y, como resultado, podremos discutir cómo es y cómo queremos que sea en el siglo XXI, la democracia.