La desinformación en internet ha sido objeto de preocupación y acción por parte de múltiples actores. Si bien al principio las medidas fueron más bien orientadas a capacitar y colaborar en la detección de noticias falsas, cada vez son más las medidas cuya implementación supone censura, bloqueos, controles y persecución. Este artículo analiza críticamente algunas de las medidas adoptadas por el Estado, las empresas de internet y los medios de comunicación en estos años y plantea algunas incógnitas pendientes en la búsqueda de soluciones.